Gears

Capitulo 3

Lo seguí hasta una casa la casa estaba echa una pena, la puesta principal estaba rota, las ventanas tapizadas con madera rota, entró a la casa y lo seguí pues no pensaba quedarme ahí afuera. Adentro de la casa había muebles partidos en dos un pequeño comedor para cuatro personas volcado, las sillas estaban rotas, me dirigió hacia la parte trasera de aquella casa espeluznante, no tenía patio trastero, abrió una puerta que estaba en el fondo de la casa, era una pequeña habitación con una cama, un buró diminuto y una ventana tapizado con madera rota a la mitad, en el piso había una gran alfombra de color rojo opaco, la levantó y habría una trampilla bajo las escaleras que estaban en esta era un enorme sótano estaba oscuro sólo iluminado con unas cuantas lámparas de aceite, había unas treinta personas aproximadamente en las esquinas del sótano había unas cajas de municiones, garrafones grandes que me imagino debían de traer agua.
Se detuvo y sé sentó en el suelo me miro y me señaló un lugar a su lado para que me sentará y así lo hice, una vez sentado me miro y me dijo:
-Y bien ¿Cuál es tu nombre?
-Soy Rick- estire la mano en modo de saludo la sujeto y apretó mi mano más de lo necesario a decir verdad me dolió un poco
-Daniel, ¿que estabas haciendo ahí afuera tu sólo? Y lo que es peor sin un arma a la mano- me moví incómodo en el suelo en el que estaba sentado, que podía decirle (estuve en coma siete años y acabó de despertar no tengo ni la menor idea de que es lo que ha pasado así que quiero que me lo expliques) no era tan mala idea pero quizá pensaria que estoy loco o que realmente soy un enfermo mental
-Pues... A decir verdad no lo se sólo salí de un hospital y me encontraste- se quedó muy serio con los ojos como platos
-Espera, quieres decir que ¿tú, saliste de aquel hospital?-señaló hacia la dirección donde se hallaba el hospital y acenti seguía con la boca abierta así que decidí cambiar de tema

-Y que hora es, parece que son como las siete de la tarde- echo una risa sorda y macabra
-No amigo son las diez de la mañana
-Pero ¿porque esta tan oscuro?
-Siempre está así- miro por un agujero que había en el techo de el refugio como si estuviera contemplando el cielo con nostalgia su mirada era triste- tiene más de diez años que no veo un sol radiante, flores en un jardín, niños corriendo en el parque- es peor de lo que imagine no me gustaría haber vivido eso pero aún tengo que averiguar porque estaba en ese hospital custodiado por esa gente. En ese momento Daniel se levanto del suelo sacudió la tierra que había en la parte trasera de su pantalón y se dirigio hacía un anaquel lo abrió y agarró una escopeta la colgó en si espalda y sé metió dos más pequeñas en los bolsillos se volvió hacia mi y me tendió una escopeta la acepte y le iba a devolver el arma que me había dado antes afuera pero nego con la cabeza y me dio otra más frunci el seño mirando las tres armas que me había dado volví la mirada hacia él y dijo:
-Las necesitarás, me ayudarás a buscar municiones para el refugio salimos en quince minutos, solo saldremos tu y yo te enseñaré como proteger tu sucio e inútil trasero-me sonrió y le devolví la sonrisa asintiendo