RAVENOUS (3ª y 4ª Temporada) // LARRY STYLINSON

11. - 𝚜𝚊𝚞𝚍𝚊𝚍𝚎 -

𝚂𝚊𝚞𝚍𝚊𝚍𝚎: 𝚞𝚗 𝚍𝚎𝚜𝚎𝚘 𝚟𝚊𝚐𝚘 𝚢 𝚌𝚘𝚗𝚜𝚝𝚊𝚗𝚝𝚎 𝚙𝚘𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚎𝚡𝚒𝚜𝚝𝚎 𝚢 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚊𝚋𝚕𝚎𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎 𝚎𝚡𝚒𝚜𝚝𝚒𝚛, 𝚙𝚘𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚜𝚎𝚊 𝚎𝚕 𝚙𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎.

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Ante aquellas palabras, Zayn apretó los ojos. Esa era otra de las cosas que más temor le daban al moreno, que su mejor amigo no se sintiese atraído por su propio marido. La conversación, gracias al cielo, se desvió para la tranquilidad de todos. Harry decidió no darle demasiada importancia a lo ocurrido, de hecho le halagaba que un niño pequeño le confundiese con su padre. La comida transcurrió normal, sin embargo, Niall no paraba de mirar como el rizado no separaba su vista del pequeño. Mientras Haig comía entretenido sus espaguetis manchándose la cara, Harry reía cada vez que cada fideo chocaba con su mejilla cuando absorbía.

Finalmente, no fueron dos horas las que Louis tardó en realizar sus tareas, fueron casi 4. Parece ser que había decidido ir al supermercado y al remiendo el peor día de la semana. Llegó los más rápido posible a casa de sus amigos. Abrió la puerta Niall.

- Perdóname, me he retrasado más de lo que esperaba y seguro que habéis tenido que hacer comida de más y...

- Hola Lou -interrumpió Niall sonriendo- No pasa nada, un plato de más no es un estorbo

- ¿Qué tal Haig? ¿Se ha portado bien?

- Sí, pasa. Debo contarte algo

Lo que Louis no se esperaba era que, al entrar al salón, el ojo azul observase como su hijo y su marido dormían juntos plácidamente la siesta. La cabeza de Haig estaba apoyada en el abdomen de Harry mientras este le abrazaba con su brazo izquierdo. Su corazón tembló, miro con ojos ilusionados a Niall, pero el rubio negó. Louis definitivamente no entendía nada. Cautelosamente, fueron hacia la cocina donde Louis no dudó en acribillar a preguntas a su amigo.

- Lo primero de todo, no, Harry no ha recuperado la memoria, sin embargo, hemos tenido un momento de alerta

- Habla Niall -dijo desesperado Louis

- Mientras hacíamos la comida, Harry y Haig estaban haciendo un sudoku. Harry no paraba de chinchar a Haig y mientras reían, el pequeño le ha llamado papá -Louis se sorprendió- Harry no le ha dado importancia, de hecho, lo ha comprendido por lo que le has contado. Durante la comida Harry no le ha quitado el ojo de encima y cada vez que se manchaba de tomate Harry sonreía

- ¿Ha dicho algo más cuando le ha llamado papá? -Zayn entro en la cocina

- Si -dijo Niall cabizbajo

- Dímelo Niall

- No sabemos desde qué momento de su vida no recuerda nada Harry -hablo Zayn- Pero ha dicho que a él le van las tías

Le dolió, tuvo que admitir que algo en su pecho comenzó a quemarle. Temía demasiado que Harry no recordase su orientación sexual, temía que por ello nunca le recordase. Que se decepcionase cuando supiese que tenía una vida y una familia con él. No quería llorar, pero lo hizo. Su mejor amigo le consoló, pero justo en ese momento Harry entro por la puerta.

- Vaya, parece que siempre entro en el momento menos indicado

- No te preocupes, yo ya me iba -dijo Louis saliendo al salón- Haig, Haig mi vida. Es hora de irnos

- ¿Papá? -pregunto el pequeño adormilado

- No cariño, papá no viene

Los tres observaron aquella escena desde la cocina. Louis cargó a su hijo en brazos y salió de la vivienda. Harry no supo por qué, pero salió tras él. Justo cuando el castaño cerró la puerta del asiento de su hijo, Harry le sujeto del brazo.

- ¿Estás bien?

- No Harry lo siento, debo irme

- Puedes contármelo. Sé que no nos conocemos de nada, pero quizás puedo ayudarte

- Eres el que menos puede ayudarme ahora -dijo mirándole a los ojos mientras empezaba a llorar- Tenemos que irnos

Harry no insistió, se separó lo justo para que Louis pudiese meterse en su coche y salir a toda prisa de ahí. El rizado se quedó descolocado, obvio que no se conocían y no sabía cómo ayudarle, pero él podía escucharle e intentar buscar una solución, claro que igual el problema que tenía Louis no tenía solución. O quizás él no podía encontrarla.

La tarde fue de lo más normal, Louis comió en cuanto llegaron a su casa mientras Haig veía entretenido los dibujos de la televisión. A las ocho de la tarde el timbre de su casa sonó. Se extrañó, no esperaba la visita de nadie. Se acercó cauteloso a la puerta y cuando miro por la mirilla respiro tranquilo, era su madre.

- Hola, mamá -dijo cuando abrió la puerta

- ¡Nana! -corrió Haig hasta sus brazos

- Hola mis niños

- Pasa, hace un frío terrible ¿Qué haces aquí? -pregunto cuando estaban sentados en el sofá

- Quedarme con tu hijo

- ¿Cómo dices?

- Niall me ha llamado. Me ha pedido que esta noche me quede con Haig, quieren que vayas a ese sitio de las carreras -explicó ella

- No voy a ir -respondió el oji azul- Todo el mundo me preguntará por Harry. No quiero más preguntas

- Mi niño -le acaricio el cabello su madre- Tienes que salir, despejar la cabeza. Sabes que no me hace especialmente ilusión ese sitio, pero sé que es donde más cómodo te sientes

Observar como su madre le decía esas palabras le hizo cambiar de opinión. Sí que se le tenía que ver afectado como para que su madre, que una vez intento separarle de Harry, dijese aquello. Dio su brazo a torcer y se preparó para ir a Clock. Cuando abrió su armario observó la chaqueta de cuero del rizado, pensó que era buena idea llevarla. Se montó en su coche y puso rumbo a Clock Street, tenía que admitir que estaba nervioso.

Cuando llegó intentó no acercarse mucho a la multitud, ya que no le apetecía dar demasiadas explicaciones, así que caminó hacía un sitio que todo el mundo sabía que tenía vetada la entrada. Era el sitio de Harry y suyo, donde a pesar del barullo y de los motores rugiendo, podían tener algo de intimidad. Se apoyó sobre una de las vallas de madera que había en aquel lugar mirando el cielo estrellado. Era la primera vez en mucho tiempo que sentía libertad, paz, era la primera vez que sentía que tenía un momento para él, para relajarse.

- Pensé que era el único que conocía este lugar -la voz del rizado le sacó del trance

- Vaya -dijo alisándose la ropa- Hola Harry

- No sabía que ibas a venir

- Yo tampoco sabía que tú vendrías

- Es broma, ¿no? -dijo riendo el rizado y Louis negó- Bueno, no sé si te lo han contado, pero este sitio es mío. Desde que tuve aquel accidente no he venido y me moría de ganas por estar con mi gente -confesó- Si quieres luego puedo presentártelos, parecen un poco brutos, pero son muy buena gente -terminó sonriente agachando la cabeza

- Harry -llamó Louis y se miraron a los ojos- ¿De verdad que no me recuerdas?