Uraraka sólo quería salir a beber con sus amigas, divertirse sin complicaciones
¿Y qué consigue? Una persecución por media ciudad para volver a ver al chico que le dio mal un número de su teléfono
≫≫≫ ¿Podrá hacerlo antes que el misterioso chico se...
Gente, no crean que no iba a subir el último capítulo, es sólo que estuve todo el día sin Internet, y luego tuve que ir a la casa de una amiga para ver clases de matemáticas -lo bueno es que lo entendí-.
En fin, con ustedes, el último capítulo de esta historia
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[Un año después]
—Ochako-chan, ¿ya estás listas?
Y Uraraka sólo suspira, esa ha sido como la quinta o sexta vez que Tsuyu le preguntaba eso, en las ocasiones anteriores había dicho solamente que no, que le diera un chance más, pero ahora ya no tiene excusa, por más que quisiera seguir retrasando la situación no puede hacerlo, porque tardar un poco más hará quedar mal a su "puntual" amiga, y por más cansada y fastidiada que esté no puede hacerle semejante grosería.
Con un último vistazo al espejo y darse su propia aprobación a su vestimenta camina hasta la puerta de su habitación, abriendo la misma, y sale. Tsuyu al verla abre ligeramente la boca, para luego sonreírle y asentir, dando también el visto bueno a su conjunto.
—Se te ve precioso, Ochako-chan –halaga, y Ochako sonríe.
—Muchas gracias, ¿ya nos vamos? Porque mira que no me estuviste presionando como por dos horas para arreglarme y me vengas a decir que debemos de esperar.
—Sí, sí, ya nos vamos –concede, ambas caminan hasta la pequeña sala del departamento. Kyoka, en su lugar del sofá, sólo levanta un pulgar cuando las ve, dándoles apoyo y sigue en su computadora-. Volveremos más tarde, recuerda darle el pago al casero si es que viene –le recuerda, y la chica asiente, señalando el estante donde se encuentra el dinero en una muda seña de saber dónde está-. Nos vemos, Kyoka-chan.
— ¡Suerte chicas! –Desea-, y Ochako, que éste, por favor, no te haga recorrer media ciudad, ¿ok?
— ¿Hasta cuándo seguirán con aquello? –pregunta avergonzada, ya había pasado un año exacto desde su pequeña aventura para encontrar a un chico que le dio un número mal a Ochako, como es común, había olvidado su nombre y apariencia, pero claramente las chicas no habían olvidado aquella y cada que podían bromeaban al respecto.
Como respuesta, Kyoka sólo se encoge de hombros. Ochako rueda los ojos, si por ellas fueran hicieran esos chistes hasta el día de su muerte.
Y sin más contratiempos, y dando otra despedida y deseándose suerte, Tsuyu y Ochako salen del departamento, bajando las escaleras y comentando sobre cualquier cosa antes de llegar a la Planta Baja y salir después de saludar al guardia. Es al otro lado de la acera que divisan a su medio de transporte y chofer, o como las chicas lo conocía, el novio de Tsuyu y su heredada camioneta Ford Fiesta.
Ochako se queda unos metros atrás, caminando tan despacio como puede para darle unos momentos de privacidad a Tsuyu con su novio. Ambos se habían conocido cuando Asui, el año pasado, estaba visitando a sus padres y fue una amiga de por allí que los presentó. A ojos de Ochako, tenían una relación muy tierna, tal vez habrán tenido sus peleas, pero cómo ella puede hablar sólo de lo exterior, se quedará con esa imagen.