𝑬𝒍 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒂 𝑰𝑰

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Los siguientes días cayeron en fin de semana, así que no hubo tanta necesidad de verse con Eren. Y sobre lo sucedido de hace unos días, no se lo contó a su madre, para no preocuparla.

Antes de que el sol se metiera, su madre llegó de la tienda con el mandado en una mano. Mikasa, quién terminaba un dibujo mal echo, se acercó en cuanto le llamó su madre a preparar la comida.

—Qué lindo es ese muchachito de la tienda. —Habló mientras sacaba las compras y las ponía en la mesa.— Mira lo que me dió.— Sacó unos pequeños juguetes de colección, de esos que salen como premios en las galletas. En pocas palabras; las favoritas de Mikasa.

Su mamá con una grata sonrisa prosiguió:— Le dije que si le compraba esos productos con premios, eran porque tú me los pedías.— Se alejó para meterse en la cocina.

Mikasa, envuelta entre un sentimiento de ternura. Sonrío, su colección de colgantes, era muy amplia.

Qué lindo que Eren se acordara de ella. Aunque no precisamente se lo dijera de forma directa a su madre. Supongo que era un mensaje subliminal.

— Te los dió a ti, supongo.— Su madre quien la asustó sacándola de sus profundos pensamientos, le planteó un golpe en su espalda.

"¿De mi? "— Pensó.

No quería confundir su amabilidad. También en eso pensó.

𝐃𝐎𝐋𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora