CLAUSTREN

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Estaba soñando, o eso era lo que creía. Se que suena estúpido lo que digo. Pero ese fue mi pensamiento, al ver a dos uniformados, al frente de mi cama, esperando mi despertar. No sabia a que venían, pero me parecía impactante la cara de mi madre que estaba en la puerta de mi pieza, con una cara de preocupación que jamás le había visto. No sabia que me tenían que decir, pero mi presentimiento sospechaba lo peor, abro los ojos, expectante no es un sueño, es real.

-Buenos días-me saluda el oficial.

-Buenos días , ¿Por qué se encuentran aquí?- pregunte, un poco nerviosa al darme cuenta que habia ocurrido algo.

-Tenemos información, de que usted fue la ultima persona que vio a Husman- Me dice, mientras busca en una carpeta unos papeles, enseñándome una foto en donde se ve a Husman sonriente con un perro al lado.

La tranquilidad se me va a los segundos al ver la foto de Husman, no me lo creo , mi cuerpo se me adormece y, siento como rápidamente se me empieza a acelerar el corazón, pierdo el habla y miro a todas partes, busco la mirada de mi madre pero, aunque la veo no encuentro la paz necesaria, siento el miedo recorrer por mi cuerpo . Por primera vez siento la gravedad de este asunto, dé esta realidad. 

Piensa en otra cosa me digo mientras veo la foto de Husman, Pero ya es tarde Husman esta desaparecido.

Claustren

La primera vez que vine a Claustren fue de visita, por mis abuelos, fui la encargada de entregar los anillos ya que, a pesar de los años que llevaban juntos nunca quisieron casarse en su juventud.

-Es de mala suerte- me decía mi abuelo, fiel creyente de que las relaciones se acababan, al momento de contraer matrimonio, pensamiento mismo que tenia mi abuela, gracias a el, lógicamente.

-¡Entonces porque te casas, ahora tan viejo! Exclamo mi padre con tono sonriente.

-¡Para irnos, en paz con el Señor, de arriba! - Exclamó mi abuelo. mientras abrazaba a la abuela. y, para ser sincera, se fueron en paz con el señor en los años siguientes de su vida. Fue el amor mas puro que he visto en toda mi vida o eso creia.

La partida de ellos fue difícil, todos los meses nos arrancábamos de visita con ellos, reíamos sin parar y el abuelo nunca, dejaba de contar sus historias de vida y de como conoció al amor de su vida, nos íbamos felices, Hasta que una noche nos conto una historia rara acerca de claustren la cual ninguno de los cuatro le dio importancia, solo nos despedimos y nunca mas nos volvimos a ver.

-Se fueron felices- Dijo mi hermana en aquel funeral. Estaba de negro al igual que todos, pero ninguno se sentía mal, teníamos esa paz extraña, saber que ambos se fueron unidos nos daba esa paz.

En aquel momento del funeral, se me ocurrió la idea loca de irme a vivir en aquel pueblo, se veía realmente tranquilo y, las personas que estaban allá se veían afables y cariñosas a pesar del dolor que les producía perder a dos pueblerinos de aquí. Mi hermana Claire no tenia dudas se veía capaz de quedarse, puesto que estaba enamorándose de un tal Spencer, entonces la idea de vender la casa de los abuelos no era su opción.

Entonces llego la etapa del cambio, mama en cambio con papa decidieron quedarse en turnes la ciudad en donde crecimos junto con Claire solo con la opción de venir a visitarnos mas seguido y, nosotras en cambio decidimos quedamos en aquel pueblo.

-Anastasia, sal del baño, tengo que arreglarme ya!- Exclamo mi hermana alterada, puesto que solo teníamos un baño en esa casa.

- Te he dicho, que no me llames así! - le chillo, ya que me he acostumbrado a que me digan Portman. Por culpa de mi abuelo.

La rutina de vivir en Claustren era la misma de siempre, mi hermana quejándose del baño, sus salidas matutinas, que hacia junto a su novio Spencer y a veces las visitas que recibíamos de nuestros padres ,también por mi parte me dedicaba a trabajar, enseñándole a los chicos de claustren y hacer ejercicio en las mañanas, Era toda una monotonía, que hasta a veces me desagradaba, Hasta que un día, en aquel pueblo que era totalmente seguro, y sus días me parecían los mismos de siempre , desaparece aquel chico, Husman.

PortmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora