🌜Hormones🌛

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- Hola precioso~... Huele rico ¿Qué haces? - mi guapo marido besó mi hombro viendo por sobre éste lo que cocinaba para la cena.

- Un poco de pollo con hongos y mucha mantequilla como te gusta, mi amor - abrazó mi pancita con sus brazos enormes.

- Hueles delicioso... Ese ligero aroma a mora azúl combinado con tu olor a chocolate me vuelve loco quisiera poder morderte y probar. - sonreí al ver la necesidad en mi hombre.

- Si lucecita huele a mora azúl cuando se presente me voy a poner celoso. - no estaba del todo cuerdo, las hormonas del embarazo me tienen bastante diferente a lo que habitualmente era, estoy seguro que de haber estado consciente no me habría puesto celoso del bebé que se desarrollaba en mi interior.

- Va a ser el niñito o la princesa de papá amor, y tú seguirás siendo mi hermoso esposo - intentó solucionar mis celos tontos.

- No puedo soportar ni imaginar que tus manos toquen a alguien mas. - apagué la estufa y volteé hacia mi hombre.

- Mis manos sólo te tocan a ti... De esa forma mi amor ¿No te queda claro cuánto te amo y deseo después de las condiciones en las que este bebé llegó aquí? - sonrió de lado recordando el celo que pasamos juntos, como en los momentos de lucidez de ambos seguíamos deseando tan fervientemente el embarazo.

- Si hablas de las setenta y dos horas que la pasamos haciendo el amor, comiendo, durmiendo y duchándonos de forma cíclica... me queda claro. - mordí mi labio al recordar tantas escenas eróticas de golpe. 

- No hagas eso, no puedo tocarte hasta que nazca lucesita. - se alejó de mi al momento que se dio cuenta del deseo que crecía en mi mente. 

- Pero amor, el doctor dijo que si podem... - entonces me besó, lento muy lento, tanto que me desesperaba no sentir la excitante brusquedad de antes. 

- No quiero hacerle daño, ni a ti mi amor. - moría porque me hiciera el amor, seis semanas... Seis estúpidas semanas sin que mi alfa me tocara, estaba a punto de explotar. 

- No te gusto porque estoy gordo ¿Cierto? - No supe ni siquiera en qué momento llegó esa idea a mi cabeza, tal vez fue al mismo tiempo en que lo dije porque nunca antes lo había pensado. 

- ¿Gordo? Mi vida, tienes a nuestra lucesita creciendo ahí dentro de tu vientre... además aunque estuvieras gordo yo te amo muchísimo. - colocó sus manos a cada lado de mi rostro bañado en lágrimas, ahora lloraba por todo. 

- Pe-ro estoy... hech-o un cer-dito... - si por naturaleza mi vida era un drama desde que tengo memoria, embarazado la cosa no mejoraba mucho. 

- No, no mi vida, me encantas tal y como eres y esta bonita pancita es adorable y la amo más que nada en el mundo, es mi bebé ahí dentro... - se agachó a la altura de mi apenas abultado vientre, tenía unas ocho semanas de embarazo, le repartió besitos y caricias llenas de amor. 

- Por... ¿Por qué no m-me tocas... entonces? - era un desastre, hacía berrinche por todo, tenía antojos de cosas que gracias a Dios volvería a comer sin estar embarazado, estaba demasiado consentido, mi alfa se encargaba de todo lo que pedía... de todo excepto de hacerme el amor. 

- Porque... amor sabes que no puedo contenerme contigo, lucesita está muy chiquito o chiquita y no quiero hacerle daño, quiero que nazca fuerte y sanito. - agaché la mirada, él tenía una buena razón aunque yo le había preguntado a mi médico y dijo que era seguro porque mi vientre es como un huevito que lo protege de todo, y tener ese tipo de actividad no le haría daño. 

- P-pero alfa... el doctor dijo que podemos... que está bien. - abracé su cuello y me acerqué mucho a él intentando de alguna forma seducirlo. 

Can you stay up all night? (KookV/VKook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora