𝐋𝐚 𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚 𝐝𝐞 𝐭𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐥𝐝𝐚.

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Cuando te recuestas, lo primero que siempre suelo acariciarte; es la perfecta línea de tu espalda.

Yo sé que no te gusta que lo haga, me privas de tu piel y entre quejidos me dices: "bastardo, quita tu mano".
Detestas las cosquillas, esa es la razón. Pero no lo hago para fastidiar, lo hago para comprenderte, déjame explicarte..

Tu cuerpo y yo tenemos una profunda conexión, no lo sabes, pero es más expresivo que tu propia habla.
Me avisa cuando estás enfermo, enojado, incómodo, triste, estresado, de buenas.
Permíteme mimarte de vez en cuando, y qué mejor que acariciarla con mis manos.
Si no fuera por tu cuerpo, no podríamos entendernos.

"Eres un cascarrabias". Siempre contesto.

Quiero indagar en ti. Y aunque te opones al principio, sé cómo dominarte, porque conozco tus debilidades y tus fortalezas físicas; en la parte superior, sueles reírte, en las partes medias, me rechazas y en las partes bajas, te excitas, tu cuerpo nunca miente.

"Deja de parlotear".

Entre el jugueteo de tu cuerpo con mis manos, acaricio en las zonas prohibidas.

"Te gusta, ¿No es así?
De pronto, te relajas otorgándome tu confianza, pues ahora me amas y buscas mis labios con un entusiasmo frenético.

"Acaríciame".

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