𝐈𝐧𝐟𝐢𝐝𝐞𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝.

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Féminas figuras con formas geométricas, que esparcen con facilidad deleitables aromas, que enamoran y seducen a los hombres más débiles. Bailan, muestran sus atributos, regalan sonrisas y destruyen familias; amantes, se les llama.

Recién de una noche "divertida", el hombre regresa descaradamente a su casa como si nada hubiera ocurrido, y la esposa desvelada, preocupada, lo recibe de la mejor manera que puede.

─── De nuevo llegas tarde a casa, me imagino que tuviste mucho trabajo.─── Dice.

─── Sí cariño, vengo muy cansado.─── Su mujer se acerca y lo ayuda a despojarse de su saco.

─── Tu cena está en el refrigerador, iré a calentarla.─── Pero el hombre la detiene.

─── No es necesario, ya cené en el trabajo.─── Y como no, si regresó satisfecho en todos los sentidos.

─── Planché el traje que usarás mañana.─── Se acercó para desajustar su corbata.─── Mañana, te cocinaré tu platillo favorito.─── No sabe cómo, pero siente una distancia entre ambos, su relación está tomando la dirección incorrecta y ella más que nadie, lo sabe, pero piensa que es culpa suya. Que es torpe, que no sirve como esposa.

─── Gracias amor.─── Por lo menos es un patán agradecido.─── ¿Y los niños? ─── Ignora como de costumbre sus intentos para mantenerlo en casa.

─── Dormidos.─── Sonrió. ─── ¿Por qué? ─── La esposa, quien se había esmerado en prepar su cuerpo, desliza su bata por los hombros, lista para envolverlo.

Afortunado hombre, que siempre se mantiene rodeado de bellezas y esculturales hembras. La observa de pies a cabeza, trae puesto una lencería roja de encaje.

─── Hermosa mujer, que después de haberme dado dos hijos, te mantienes. ─── Su corazón late, la sigue viendo como la primera vez, esa mujer fue la indicada para darle hijos; una mujer seria, recatada, que mantiene en una balanza equilibrada, a ella misma y a su familia.

Se acercan ambos y se besan.

───Te extraño Erwin, te necesito.─── Él se separa para besar ahora el borde de sus voluminosos pechos, según él, la premia.

─── ¿Sí? yo también, pero vengo cansado.─── Con facilidad la carga, subiendo escaleras y llevándola a la habitación.

Qué fácil es mentir una, dos, tres veces, pero cuidado, porque puedes convertirte en un mitómano.

Es un hipócrita, pero no quiere decir que no tenga su corazoncito, ama a dos mujeres con profunda intensidad, confundido, no sabe qué hacer.

La recuesta en la cama para acariciarla.

─── Mañana, será otro día.───En cuanto toca la cama, se queda dormido.

¿No habrá forma de quedarse con las dos?
Una le da familia, estabilidad, felicidad. Pero la otra se exhibe, no hay reglas, diversión y excesos.

Pobre hombre, nadie quisiera estar en su situación.

PASIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora