Capítulo 3

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   Para la suerte de la chica todavía no le han echo nada.

Se me nubla la vista, en estos momentos no creo en nada. Me vienen a la mente todos esos recuerdos que mi madre me contó cuando fue abusada a esta edad. Siempre me ha enseñado a defender y a respetar a las mujeres. De inmediato le doy un fuerte golpe en la nariz a uno de los tipos que cae al instante al suelo.

El otro hombre viene hacia mí para intentar darme un golpe, pero para su desgracia soy más ágil que el.

Esquivo el golpe y le tuerso el brazo. Se arrodilla a mi gimiendo de dolor.

Lo tomo de su camisa y lo golpeo lo más fuerte que puedo. Cae al suelo con la cara llena de sangre.

Descargo toda mi ira contra el otro hombre que hace el intento de levantarse. Le golpeé muy fuerte en la mandíbula y toda la cara hasta que quedó tirado en el suelo prácticamente inconsciente.

Todavía estoy muy furioso quiero seguir golpeándolos, pero ahora tengo que ocuparme de aquella pobre chica.

Me dirijo hacia ella y poco a poco la voy levantando. Es una chica de unos 21 años, tiene una hermosa cabellera blanca. Todo su pelo está en su cara, con cuidado y hacerle daño voy quitando su cabello de su rostro. Me quedo mirándola fijamente. Está completamente desnuda, recojo su ropa que está tirada en el suelo y se la coloco. Me quito rápidamente mi chaqueta y se la rodeo por la espalda.

—Dios mío, es sencillamente hermosa- digo casi en un susurro.

La saco de aquel lugar y me dirijo a la banca, donde está mi moto.

La llevo cargada en mis brazos. Lentamente me siento y la acuesto en mi regazo. La observo muy fijamente, no puedo dejar de mirarla.

Tiene una pequeña herida en el labio inferior. Saco mi pañuelo y delicadamente seco la sangre, parece sentir dolor porque sentí como empezó a gemir.

Siento una enorme empatía por las personas que sufren de violación, quisiera asesinar a todos esos seres sin escrúpulos. Tener a esta chica aquí sentada sobre mí me hace recordar todas las veces que mi madre me inculcó que debo proteger a todas la mujeres y nunca abusar de ellas.

Tan solo tengo 19 años, pero me siento como un hombre. Y estoy seguro que soy más hombre que muchos que tienen más edad.

Siento que la joven que está sobre mí empieza a recobrar su conocimiento. Veo como poco a poco va abriendo los ojos.

Madre mía pero esta chica no puede ser más hermosa de lo que ya es.

Veo que sus el color de sus ojos son azules, los ojos azules más bellos que he visto en toda mi vida.

—Qui-quien eres tú- me dice un poco extrañada.

—Creo que no es el mejor momento para que hablemos de lo que pasó- le digo con mi voz más sincera.

Veo como se pasa las manos por la cabeza, como que está recordando algo.

—Dos hombres- hizo una pausa- me intentaban violar- sentí como su voz se partía en mil pedazos.

Comenzó a llorar. Por Dios se me está encogiendo el alma. No quiero que llore, no por dos estúpidos que solo intentaron hacerle daño. Sentí como lágrimas también corrían por mis mejillas.

Cruel Atracción [Nueva]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora