¿Dónde está Luo Binghe?

1.2K 113 26
                                        


Para fines prácticos Hua Cheng noqueó a Shen Qingqiu. El corazón de Shen Qingqiu se alegró cuando vio a Hua Cheng volver por él, pero lo único que recibió fue un golpe en la nuca.

Era de tarde, cuando recobró la conciencia yacía en la hierba.

—¿Qué me pasó?... ¡! ¡Ya sé qué me pasó!

Se puso en pie rápidamente. Preguntó en el pueblo si habían visto al chico llorón del día anterior y cinco personas le dijeron lo mismo, que no lo vieron durante todo el día, pero al atardecer lo vieron dejar la posada.

Después de su lastimosa despedida, Luo Binghe estuvo haciendo lo que mejor sabía hacer: Llorar. No tenía fuerzas para levantarse del suelo, el cuerpo le pesaba y la tristeza era inmensa. Lloró hasta quedarse dormido y cuando despertó, volvió a llorar. Nunca podría recuperar a Shen Qingqiu. Reprimía su ira precisamente porque esto empezó por su culpa, si tuviese que matar a alguien por haberle arrebatado a su esposo, sería él mismo. Antes de quitarse la vida debía agradecer a los cielos por haber respondido a su petición...

Shen Qingqiu lo buscó por todo el pueblo y arboledas cercanas. No lo encontró.

— ¿Por qué tuve que ser tan cruel con él? — comenzó a hablar solo—. No, ese definitivamente no era yo. Binghe, yo jamás te trataría así...

Vio un santuario al final del camino, no perdía nada buscando ahí, se asomó por la puerta, pero estaba vacío. Se rindió, era mejor buscar fuera del pueblo...como decir "buscar por todo el mundo". Cayó en la desesperación, por cómo había llorado Binghe los últimos días temía que se quitara la vida. Aquella vez que Luo Binghe le propuso matrimonio dijo que alguien como él nunca sería amado por nadie, y que aun estando a su lado su temor de quedarse solo no desaparecía, creyendo que le abandonaría algún día. El miedo al abandono le hizo creer que no era suficientemente digno de tener a alguien a su lado. Definitivamente alguien así pensaría en suicidio.

Shen Qingqiu entró por completo al santuario y se encontró las estatuas que vio antes en el mercado, ahora sabía quiénes eran.

— ¡Son esos tipos!

Primero se desmoronó de vergüenza, besó a Liu Qingge y después lo botó por un tipo que ya estaba casado y que encima de todo era una deidad. No concebía peor humillación.

Quiso hacer una plegaria de agradecimiento, también una por ayuda, lo ideal sería ofrendar dos cosas por cada oración. No cargaba dinero en sus bolsillos ni nada de valor, ¿qué ofrendar? Lo único que portaba era el abanico... ¡el abanico!

—...Espero no se ofendan por esto y lo acepten como ofrenda— se hincó y juntó las manos—. Por favor, ayúdenme a encontrar a Luo Binghe, aunque sea una última vez, quiero decirle que lo quiero...Por favor, que no le haya pasado nada, él es un chico muy frágil, no merece sufrir así...

De la nada misma escuchó una aterciopelada voz cerca de su oído diciendo: —Mira hacia atrás.

Shen Qingqiu se asustó y miró hacia atrás, escuchó unos pasos.

"¡¿Un ladrón de ofrendas?!"

Un triste y cabizbajo Luo Binghe se asomó por la puerta, cuando vio a su maestro ahí se dio la vuelta sin pensárselo dos veces.

— ¡Binghe, espera! — lo persiguió corriendo y Luo Binghe también empezó a correr. Shen Qingqiu reunió sus últimas fuerzas y se le arrojó, abrazándolo por la espalda.

—Déjame ir, por favor...— aunque dijo eso, Luo Binghe no se resistió al abrazo. En respuesta, Shen Qingqiu se aferró todavía más.

—He recuperado mi memoria.

¡¿Divorcio?! | BingQiu | - 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora