Capítulo III.

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Los últimos acordes de "Marry the night" terminaban de sonar, y se oían los aplausos de la gente mientras la bailarina recogía el taburete que anteriormente había utilizado para hacer su actuación/tributo, basada en la misma que había hecho Jennifer Beals en "Flashdance". El agua había sido sustituida por purpurina, por lo que ahora el escenario brillaba. Nos encontramos en "Wonderland", un local de striptease en la carretera de Calamocha dirección a Teruel. Sus parroquianos son básicamente camioneros que buscan cerveza para refrescar su gaznate antes de volver al volante y tener material para dedicarse al onanismo durante sus horas de soledad y agricultores que pasaban días regando las extensas tierras turolenses dedicadas al cultivo de la patata.Después de unos momentos, Cipriano (el encargado de presentar los espectáculos y que también ofrecía sus servicios como vidente a tiempo parcial) habló:

- Y con todos ustedes, llegada desde la gran ciudad, nuestra leona, ¡un fuerte aplauso para Mina Rogent!

Unas cuantas palmadas se escucharon y Mina salió a escena. Su nombre artístico venía del nombre de su primera mascota y de la calle donde vivía de pequeña. Le gustaría haberle dicho que no, que ella no era una leona, sino una guepardo, pero no podía ponerse a malas con el dueño del local. Ataviada con una minifalda y un sujetador con la copa cubierta de pelo negro, todo en animal print de leopardo, unas orejas (de leopardo también) y unos zapatos con una plataforma transparente de quince centímetros, se puso en posición y esperó a que su canción comenzara a sonar.

"Music hit factory mi familia, mi factoria representando yo soy tu gatita, tu gatita, así que explota como dinamita, soy gata y araña, arañame el corazóóóóóóóóón, el corazóóóóóóón arañame el corazóóóóóóóóón..."

Nuestra cheetah girl comenzó a moverse sensualmente, meneando el culo cual Iggy Azalea en "Work" o Nicki Minaj en "Anaconda". No era el trabajo de sus sueños, pero ella siempre se esforzaba en ser la mejor en cualquier cosa que hiciera. La gente estaba animada y los billetes volaban. Un chico, probablemente el más joven de todo el local, le dio una propina de 50 euros, lo nunca visto en el "Wonderland". Se parecía al diputado de IU ese que salía en la tele, ¿pero cuantas posibilidades había de que fueran la misma persona?

La canción acabó y Mina Rogent volvió al camerino que todas las bailarinas compartían. Cambió su atuendo por uno más normal y se limpió la cara, aunque la purpurina era imposible de llevarla completamente del cuerpo. Gajes del oficio. Se acercó a la barra y pidió una cerveza. Mientras bebía, observaba el ambiente del local, y en las mesas de billar vio al chico de los 50 euros. Y él la miraba también. Era curioso como a veces los gestos o las miradas podían decir muchísimo más que las palabras. Bajó la mirada, sacudió la cabeza levemente y sonrió. Se levanto del taburete donde estaba y caminó hacia el chico, para después pasar por delante suya y sostenerle la mirada durante cinco segundos, para luego entrar al servicio.

Se puso frente al espejo, mirándose. Se atusó un poco el pelo, y sacó una barra de labios rojo pasión que comenzó a usar. Para cuando acabó, a través del reflejo del espejo pudo ver como el chico la había seguido y había entrado. Se acercó por detrás a ella, anudó sus brazos en su cintura y comenzó a besar apasionadamente su cuello. Ella cerró los ojos dejándose hacer mientras alargaba su brazo derecho y enredaba la mano en el pelo de él. Durante unos momentos estuvieron así, hasta que ella se giró, quedando ambos desconocidos cara a cara. Se besaron apasionadamente y el muchacho cargó a Mina en su cadera, apoyándola contra el lavamanos. Enredó sus piernas en su cadera y lo pegó más contra ella. Mordió su barbilla y su lóbulo, y comenzó a bajar por el cuello de él, dejándole pequeñas marcas, mientras sus manos se escabullían por dentro de su camiseta y clavaba sus uñas en la espalda del desconocido. Él comenzó a desabrochar los shorts de nuestra protagonista, para a continuación bajarlos y pasar un dedo por el sexo de ella, aún cubierto por su ropa interior. Su entrepierna se mojó levemente ante el toque, y él lo notó, por lo que el paso siguiente fue meter su mano por dentro de las braguitas. Con el pulgar comenzó a estimular su clitoris en círculos, al principio despacio pero luego un poco más deprisa, para hacerla lubricar aún más, Sin parar con el pulgar, introdujo el índice dentro de su vagina, provocando que por un momento sus ojos se quedaran en blanco como cuando tumbabas al Nenuco.

Bajó uno de los tirantes de su camiseta y con él también el del sujetador, y liberó uno de sus pechos. Mientras bajaba allí dando besos, podía oír como murmuraba "Paula, Paula, Paula...". No sabía como podía conocer su nombre real si no se lo había dado, pero el gozo que sentía en ese momento nublaba su juicio. Comenzó a besar la aureola de su pezón y este se puso erecto. Escalofríos recorrían todo su cuerpo mientras notaba que se acercaba al clímax, pero no podía parar de oír esa voz que decía su nombre, una y otra vez.

-Sí, sí...

De repente noté una mano en mi cara que la recorría de arriba a abajo. Me incorporé rápidamente, gritando a pleno pulmón, lo que hizo a la otra persona gritar también, y a mí gritar en respuesta, hasta que nos quedamos sin aire.

- ¿Pero qué estás haciendo? Me has asustado.-Era Sara.

Me llevé una mano al pecho intentando recuperar el aire.

- ¿Dónde estamos?

- En tu casa, después de trabajar vinimos a cenar y me quedé aquí. ¿Dónde te creías que estábamos?

- Así que esto no es Calamocha, ¿no?

- ¿Cala qué?

- Nada, déjalo. Son cosas mías.

Me levanté a toda prisa de la cama y me metí en el baño. Abrí el grifo y me empecé a echar agua fría como si no hubiera mañana. Aparté los mechones de cabello mojados que habían venido a mi cara, alcé la vista y me miré fijamente en el espejo. ¿Acababa de tener un sueño erótico con Alberto Garzón?

Scandal [HOT].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora