7. Carreras

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Eros.

Cerré la puerta, me apoyé en ella y puse mis manos en la cara ¿Que cojones me pasaba? He estado a punto de besar a Mave, no era algo malo pero ¿Por qué ansiaba tanto poder tocar sus labios? Esto era algo nuevo para mí, solo quería a las tías para follar pero con Mave todo era muy distinto ¿Me gustaba Mave? Imposible, a mi no me gusta ninguna tía, me prometí a mi mismo no volver a enamorarme nunca más de una tía.

Desde el asesinato de Jackson no he vuelto a tener una relación amorosa.

Jackson era mi mejor amigo, por culpa de su novia acabó muerto: Llevaban saliendo tres años, Jackson tenía un año más que yo y dos años más que esa tía, Alyson se llamaba. Una noche, en una fiesta, Alyson me tiró los tejos. Por desgracia, ella me gustaba mucho, al punto de enamorarme de ella pero nunca llegué a hacer nada, le decía que debía dejarlo con Jackson si quería hacer algo conmigo, pues era como un hermano para mí. Y así hizo, lo dejó con él pero no de la manera que todos conocemos. Un día que fui a visitarlo a la casa, vi a Alyson llena de sangre encima de él acuchillandolo. Su expreión loca de la cara me dió miedo, las lágrimas se acumularon en mis ojos al ver aquella horrible escena. Nunca se me olvidará, y más la frase que dijo Alyson: "Ya lo he dejado, Eros, ya podemos estar juntos para siempre, sin que nadie nos moleste"

Cada noche esa imagen me persigue, sigo teniendo pesadillas con esa noche. La odiaba, la odiaba tanto que me juré no volver a enamorarme. Solo hacían daño las tías.

Por eso, solo las quería para follar, nada más. Pero con Mave es algo distinto, no tengo esas ansias de follarmela, solo de saber como besan esos labios, como es su tacto y a que saben.

Me estaba volviendo loco.

Fui a la cocina, mamá colocaba la compra mientras tarareaba una canción.

-¿Quién era esa chica, Eros?- Dijo sin mirarme.

-Es una amiga.- Dije serio.

-¿Solo una amiga?

-Si.

-No quiero problemas, Eros. No te lo diré más veces.- Dijo cerrando uno de los armarios.

-No te preocupes por eso, mamá.

Tragué saliva. No me gustaba ver a mamá enfadada, evitaba cualquier cosa que le hiciera enfadar.

No dijo más, cogí mi chaqueta y salí.




Llegué al descampado en donde se celebraba las carreras ilegales. Nada más bajarme del coche del colega de Spencer, Mike. Se había convertido en un colega más para mí. Cuando llegué hacia Spencer chocamos puños.

-¿Que tal, tío?- Dijo dandole un sorbo a la bebida que tenía en la mano, seguro que era cerveza.

-¿Quién juega hoy?

-Pues, juegan ese tío de allí.- Señaló a un hombre que tendría caurenta años, muy delgado, tatuadísimo y con cara de mala hostia.

-¿Y el otro?- Pregunté, Spencer sonrió.

-¿Te apetece correr?- Mis ojos se abrieron por la sorpresa.

-¿Yo? Ni de broma, mi madre es jefe de policía, imaginate que se entera.- Dije nervioso. La verdad es que me tentaba pero imaginarme el enfado que se cogerían mis padres si se enterasen me echaba para atrás.

-Hay doce mil dólares en juego.

-Dame las llaves.- Dije convencido.

Doce mil dólares, incluso me desnudaría delante de todo el mundo por ese pastón. Me subí al coche de  quien fuera, era un gran cochazo si decía la verdad. Miré a mi izquierda, ahí se encontraba a mi contrincante acelerando el coche haciendo bastante ruido. Lo imité y pude oir como rugía el motor. Dios, se me estaba poniendo durísima. Miré al frente y pude ver a una chica que estaba bastante buena y era guapísima. Llevaba una ropa super cortísima y en las manos dos pañuelos que alzó para darnos la señal de que podíamos comenzar a correr en cuanto los bajara, y eso hizo. Aceleré todo lo posible para salir el primero. Cogí la recta para mí solo, cada vez que miraba por el retrovisor veía que mi contrincante encontraba un hueco para meterse, pero se lo impedía. Cambié las marchas para coger bien la curva y no volcar o estamparme. Pude ver como las ruedas levantaban la tierra, por todos lados habían personas vitoreando y gritando. El corazón lo tenía acelerado, la adrenalina corría por mi cuerpo. Volví a tomar la recta para mí solo. Cuando estaba riendome porque sabía que ganaría noté como el contrincante chpcaba su coche contra el mío para hacerme perder el equilibrio  del volante y chocar. Pero no lo ocnsiguió porque aceleré más y más. Pude ver la meta, pisé a fondo el acelerador, sabía que eso iba a joder el coche pero quería ganar. No solo por el dinero sino para sacar toda esa adrenalina que se me había acumulado en el cuerpo durante toda la carrera. Llegué a la meta siendo el campeón de la carrera, salí el coche y todos se acercaron a mí para felicitarme. La chica que dió la salida se acercó a mí contoneando sus caderas. Sabía que lo hacía con todos los ganadores.

-Has corrido bien, novato.- Dijo.

Agarré su cintura para acercar mi boca a su oído.

-Pues deberías probar como me corro.- La chica se mordió el labio, sabía que la había calentado.

Justo cuando ibamos a celebrar, unas luces rojas y azules se acercaban. Mierda. Los coches policias se detuvieron y de ellos salieron dos policias. Una mujer que me resultaba muy familiar y mi padre.

-Joder.- Dije en alto.

-¡Quiero que todo el mundo se ponga de rodillas con las manos en la cabeza! ¡Ya!- Escuché que decían al unísono aquella mujer y mi padre, a él se le escuchaba más por su voz grave.

La chica y yo nos subimos a toda hostia al coche y aceleré. Pude ver como un coche policía nos seguía. Era mi padre.

-¡Mierda! Es mi padre.- Dije, la chica se sorprendió.

-¡¿Tu padre es policia?!- Gritó.

-Jefe de policía, y no solo él, mi madre también.

-¡Joder, joder, joder!- Dijo.

Cogía las calles para poder despistarlos pero era dificil. Finalmente, pude despistarlo y meterme en un callejón. Apagué el coche para que no nos pudieran ver. Cuando vimos que ya estabamos a salvo soltamos el aire retenido.

-¿Como es eso de vivir con dos padres jefes policias?

Miré a la chica, con mi mano cogí su nuca.

-No te importa.- Estampé sus labios con los míos.

El cigarro de después.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora