Mave.
La muerte visitó la ciudad esta mañana.
En la televisión solo habían imágenes del lugar en donde encontraron el cadáver.
Pero no uno cualquiera. Era el cadáver de Catherine, una compañera de clase. Estaba boquiabierta ¿Quién pudo haberle hecho eso a una joven ejemplar?
En la pantalla se veía su cuerpo dentro de una bolsa negra y a sus padres llorando desconsoladamente.
Lauren entró en casa, quitándose la chaqueta negra mojada. Su cara reflejaba tristeza. Estos casos la destrozaban.
-¿Se sabe algo?- Pregunté con esperanzas de saber quién fue su asesino, pero su cara me respondió.
-No, cielo. Solo podemos saber la causa de la muerte.
Oir la palabra muerte siempre me ponía la piel de gallina. La muerte siempre me perseguía a donde quiera que vaya.
-¿Y como la...- No pude acabar.
-Al parecer, llevaba sin pisar su casa desde el viernes. Los padres no denunciaron la desaparición porque pensaron que estaba en casa de su amiga, pero no fue así. Alguien la secuestró, pensamos que es un hombre por las marcas del cuello y los golpes. Fue asfixiada muy violentamente y golpeada hasta la muerte.
Lamentaba su triste final.
Lauren fue a su despacho para seguir con el caso.
El instituto había llamado informando que ese día cancelaban las clases por respeto a los familiares de Cathleen.
Un asesinato en la ciudad, eso era algo nuevo.
La lluvia chocaba con fuerza en la ventana y el viento era fortísimo.
Cogí mi teléfono y llamé a Adam, que no tardó en cogermelo.
-¿Has visto las noticias?- Dijo nada más cogerlo.
-Si, Lauren me acaba de explicar que le pasó...
-Sigo sin creermelo.- Pasó su mano por el rostro.
-Ni yo...- La notificación del mensaje de Eros tapó la cara de Adam que seguía hablando.
Mis oídos se ensordecieron en cuanto vi su mensaje. Siempre me pasaba eso cuando se trataba de algo relacionado con Eros.
-Adam, tengo que colgarte.- Dije y antes de que él hablara ya le había colgado.
Me metí en el chat de Eros y leí su mensaje.
-¿Te apetece ir a un sitio?
Fue una propuesta muy misteriosa, y más al ver el asesinato de Cathleen, pero confiaba en él.
Le respondí con un sí, me contestó con la hora a la que me recogería. Rápidamente, subí a mi habitación para ver qué me ponía.
Mi estómago se sentía raro, pero era una sensación agradable.
Abrí mi armario y solo pude ver colores tristes y apagados. Colores negros y grises.
Mi rostro se tornó en tristeza. Desde aquel día solo vestía con colores apagados y hoy me había dado cuenta. ¿Eso significaba que estaba levantando cabeza?
Lauren me había dicho varias veces que debía cambiar los colores pero nunca la escuchaba.
Ella tenía razón.
Rebusque entre toda mi ropa triste, buscando alguna prenda con algún color alegre que me había comprado Lauren y que yo había enterrado en mi montaña de ropa.
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El cigarro de después.
Teen FictionSangre. Sangre por todos lados, mis manos manchadas de rojo. El cuchillo en el suelo y él en frente mía con una sonrisa burlona. "¿Sabes lo que has hecho?"