TIC ... TAC... TIC... TAC..El reloj de la habitación marcaba las nueve.
—Por favor, ya es tarde- replicó la pequeña niña sentada en su tocador—. No quiero jugar contigo.
La mano ajena tocó su hombro con suavidad. La niña volvió a repetir "No, ahora no quiero jugar"
[unas horas más tarde]
La inocente yacía dormida en un profundo sueño angelical, pero el monstruo de su casa no quiso esperar; la mano cubrió su boca y ella no pudo gritar.
—Vamos a divertirnos, mamá y papá no están.
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¿Y si las pesadillas dijesen hola?
Mystery / ThrillerUna colección de pequeñas historias de terror para que los monstruos de tu habitación se vayan a dormir.