—¿Hijo, ya te terminaste los caramelos que te obsequié?—Sí papá, aunque sabían un poco amargo— respondió el niño y luego llevó su mano al estómago—. Creo que me duele la panza ¡No volveré a comer caramelos!—dijo en medio de un berrinche.
(Cinco minutos después el niño comenzó a convulsionar)
—No te preocupes, no lo harás— aclaró el padre en tono malicioso—.
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¿Y si las pesadillas dijesen hola?
Tajemnica / ThrillerUna colección de pequeñas historias de terror para que los monstruos de tu habitación se vayan a dormir.