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Deviane, aquella rubia qué cumplía con su trabajo de sexoservidora, se encontraba ahora en su hogar, se arreglaba en el baño de su habitación mientras qué su mejor amigo yacía sentado en su cama teniendo paciencia por ella, había prometido llevarla de compras, le debía una por el haber faltado en el su cumpleaños. La chica de arreglo tal y cómo tenía en mente, su atuendo combinaba con el de su mejor amigo, amaban ambos eso. Llevaba puesto; Un vestido corto y apegado de color negro, un escote en su pecho en forma de V, luego unos tacones del mismo color del vestido, altos, tal cómo le gustaban, dio el toque final con una gabardina de color blanco, ya el contrario llevaba unos vaqueros negros, una camisa blanca, zapatos de vestir y una gabardina de color negro, iban "a juego" según ambos.
— ¿Ya estás lista? Esto llamado espera, es aburrido. —
Hablo el rubio, Inui Seishu había estado esperando por más de media hora a por su amiga, ya estaba muerto de aburrimiento.
— Inupi, ya te dije qué la belleza requiere de su tiempo.—
Nuevamente le dijo, éste solo se carcajeo, a su parecer desarreglada o no, era hermosa para sus ojos.
— Lo qué digas, mejor ve apurandote, o llegaremos en el horario qué más se llena el centro comercial. —
Se levantó el rubio de la cama tomando camino hasta el baño de su compañera, la miró desde el marco de la puerta, ella ahora de terminaba de maquillar, la mirada del rubio paseo por sus facciones, si bien se sabía, Inui había estado enamorado de su mejor amiga, la cual no pudo aceptar sus sentimientos ante la vida qué llevaba, no tenía la intención de herirlo, por lo cual decidieron tener una amistad, lo qué menos querían ambos eran terminar distanciados.
— Ya estoy lista, ¿nos vamos? —
La rubia le dedico una sonrisa a él quien seguia en su trance, ella solo solto una risilla pasando por su lado, iría a por su bolso para ya salir de su hogar.
Yacían ambos saliendo del edificio, el rubio llevaba a la chica abrazada por los hombros, ella mientras revisaba algunos mensajes, llevaba una gran vida en las redes, le gustaba en sí mostrar su vida, de la forma en cómo la llevaba, y no faltó las cuantas fotos que se saco con el chico subiéndolas.
— ¿Qué verás aquí? —
Habían llegado al centro comercial, vivía en el centro de la ciudad, así qué tenía todo cerca por lo cual llegaron en menos de veinte minutos.
— No lo sé, veré y si me gusta algo, lo llevo, así es con todas las tiendas. —
Él ya solo con escuchar eso, ya le dio un dolor en su billetera, aún qué sabía qué ella no le permitiria pagar todo, no era aprovechada.
