Capítulo 8 Fin del celo

750 154 3
                                    

El celo de Zhan estaba llegando a su fin. El grupo estaba tranquilo puesto que el rubio no había tenido la necesidad desenfrenada de sexo, solo unos pequeños calores en la madrugada, que el menor de ellos se ocupaba de aliviar con duchas frescas y masajes en el cabello del omega.

Ambos chicos se habían hecho más cercanos, pasaban el mayor tiempo juntos y Yibo siempre estaba pendiente de Zhan, sin dejar que los demás se ocuparan del chico.

Zhan por otra parte, se la pasaba pegado a quien creía su pareja, amaba sentir su olor y su toque, por lo que solo un rato alejado de él, era como una tortura. Lloriqueaba cada vez que Yibo debía alejarse por largos ratos, como cuando debía ducharse o hacer alguna tarea lejos de la cabaña.

Sin embargo no se quejaba, los mimos que Ayanga y Ji Yang le encantaban, Los cuidados de Hao Xuan y Hai Kuan eran lo mejor y Los dulces y cariños de Zhuo Cheng no los cambiaba por nada.

Era un omega afortunado.

Desgraciadamente, para el, su celo estaba terminando, eso significaba menos atenciones de sus mayores y tal vez, que su menor se aleje de él.

Tenía miedo, no mentiría, temía que Yibo se alejara al saber que ya no lo necesitaría, que podía seguir con su vida como si nada, olvidándose del omega. Temía que su compañero lo deje y quedarse solo, con su lobo deprimido y un feo dolor en el pecho.

Porque si el chico decidía alejarse, no se lo impediría, porque los caprichos de su lobo no tenían que interponerse en la vida cotidiana de su amigo, siendo que él no estaba consciente de los actos de su animal.

No, nunca podría hacerle eso a su Yibo, aunque el saliera horriblemente lastimado.

🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾

Zhuo Cheng dejaba caricias en el cabello del omega dormido sobre sus piernas, el menor no estaba en la casa ya que había ido a comprar comida junto a Hai Kuan, dejando al pequeño a cargo de sus mayores.

Pero ninguno contaba con que Zhan tendría uno de sus calores en ese preciso momento.

Entre Ji Yang y Zhuo Cheng, dieron un baño de agua helada al pobre omega, que al sentirla, dejó salir chillidos de angustia, debido al agua demasiado fría a su cálida piel.

Una vez calmado, asearon al chico, lo secaron, vistieron y arrullaron hasta que se quedase dormido.

Para ellos era difícil cuidarlo, pero les gustaba bastante hacerlo, se sentía bien poder ayudar al omega y darle todo lo que necesitaba.

Zhan siempre había ayudado a los seis chicos, no importaba la situación, si alguno necesitaba una pequeña cosa, Zhan estaba a su lado.

Como la vez que Ji Yang había olvidado sus llaves una noche que salió de fiesta, y Zhan gustoso, fue en busca del menor en medio de la madrugada para que durmiera en su hogar.
O cuando Ayanga no había terminado su proyecto de ciencias y necesitaba la calificación para poder aprobar, Zhan ayudó a su GeGe a terminarlo a tiempo, dejando de lado sus propios estudios para una presentación al día siguiente.
O... Cuando Zhuo Cheng había enfermado y Zhan había estado una semana entera cuidando de su GeGe, esperando hasta que este mejorara.

En fin, Zhan los había salvado a todos innumerables veces, sin esperar algo a cambio. Zhan era prácticamente un angel, que merecía ser cuidado y protegido. Lo mínimo que podían hacer era cuidar de él en su estado más vulnerable.

Zhan siguió durmiendo hasta el momento que su menor llegó de concluir su aburrida labor. El omega había sentido el tenue pero dulce aroma del humano y obviamente iría en su búsqueda.

Al ver al menor entrar por la puerta de entrada, se levantó del mullido sofá y corrió para aventarse sobre el chico y darle un fuerte abrazo, demostrándole cuanta falta le había hecho.

- ¡Yibo, Yibo! - Zhan daba pequeños gritos, diciendo el nombre del menor, feliz por estar juntos nuevamente.

- Oh, Zhan... ¡Tu voz ha vuelto! -  Exclamó sorprendiendo Yibo. - Eso... ¿Significa que tu celo...ha terminado?

- Si... - Zhan respondió levemente desanimado, sabía lo que eso significaba.

- Es genial Zhan, ven, tengo algo para ti. - Dijo el menor, tomando al rubio de la mano, guiandolo hacia la cocina para compartir un pastel que había comprado solo para el.

Yibo siguió tratando al mayor como toda la semana, no le dio mayor importancia a la finalización del celo, tratando al omega igual de dulce y delicadamente.

Bueno, tal vez el fin de su tedioso celo no sea tan malo.

I'm an OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora