Tu, al igual que William, trabajabas en la Universidad. Pero, a diferencia de él, enseñabas Literatura. El Moriarty mediano había fijado desde hace tiempo sus ojos rojizos en ti ; y realmente, como para no haberlo hecho. Tu inteligencia igualaba a la suya y tus perfectos modales como señorita eran eso, perfectos.
Dentro de poco los alumnos de la Universidad se examinaban de tu asignatura, por lo que siempre había alguno que precisaba te ayuda para poder superar tu difícil asignatura , y este día no era la excepción ; un alumno había solicitado tu ayuda para repasar los contenidos del examen por lo que te encontrabas esperándole donde habían quedado, en la biblioteca.
10minutos
Nada
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25 minutos
Nada
No aparecía, ya sentías que te habia querido ver la cara de estúpida y te estabas preparando para irte cuándo alguien se sentó en la silla donde supuestamente deberia estar sentado el alumno que solicitó tu ayuda. La persona que se sentó en dicho asiento no era nada más ni nada menos que William J. Moriarty, el profesor de matemáticas indudablemente atractivo.
- ¿También la han dejado plantada ?- inició la conversación, como si no fuera algo evidente el plantón.
- Así es, no quiero sonar grosera pero ¿que hace usted aquí?, ¿tambiénle han dejado plantado?- respondiste a su pregunta.
- Más o menos - continuasteis la conversación, mientras que ambos , inconscientemente, os sonreiais mutuamente .
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Louis James Moriarty
El Moriarty más joven había salido a tomar un poco el aire a la ciudad , aunque era bastante difícil conseguir algo de silencio en tan bulliciosa zona. No llevaba andando más de diez minutos cuando se topó con una tienda de aspecto bastante curioso. En el escaparate se podía observas desde vestidos y trajes antiguos y a su vez hermosos, hasta muebles con un tapizado increíble. Dicha tienda, de nombre "Flourette" , le había causado tal curiosidad a Louis que decidió entrar.
Las paredes tenían un estampados de nenúfar, algo curioso pero bonito. El rubio siguió observando el interior de la tienda, algo escueto a decir verdad, donde no había ni un solo espacio o estantería que no estuviesen llenos. No se percató de que alguien observaba todos sus movimientos detrás de un mostrador.
-Es raro ver a alguien de su clase por aquí, no se ofenda- habló una repentina voz, que resultó ser de una joven, quien se encontraba con las cabeza apoyada en sus manos, estas a la vez, apoyadas en el mostrador.
- O-oh , no me ofende tranquila - respondió Louis - ¿Es tu tienda? - la mujer joven asintió - Es bonita.
- Gracias, supongo. ¿Busca alguna cosa en particular? - habló la joven, saliendo tras el mostrador.
- No realmente, solo pasaba por aquí y he acabado en su tienda señorita... - respondió esperando a que la joven le dijese su nombre.
- _______ , el apellido no es importante - contestó - ¿Y usted? -
- Louis Moriarty, encantado señorita _______ -
- Igualmente, Louis - habló sonriendo.
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Albert James Moriarty
Esta fiesta habrá sido seguramente una de las más aburridas a las que el hijo mayor de los Moriarty haya asistido en su corta vida. Actualmente, se encontraba sentado en uno de los cómodos sillones de aquella sala de baile, viendo como una panda de hipócritas se preocupaban única y exclusivamente de ellos mismo. Tan sumido en sus pensamientos estaba que no se dió cuenta de que alguien había ocupado un asiento a su lado; y no se habría enterado si no hubiese sido porque dicha persona lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Lord Moriarty?¿Se encuentra usted correctamente? - una voz dulce y de tono amable hizo que Albert levantara la cabeza, encontrandose con el rostro sonriente de una bella joven
- Lo hago, no se preocupe usted - habló fijandose en la cara de su "compañera" de sillón.
- Oh, menos mal; se veía usted tan ido, perdone mi expresión - rió la joven - Mi nombre es _______ Elisabeth Widforth , encantada -
- Albert James Moriarty, mucho gusto señorita Widforth - se presentó el castaño - ¿Por casualidad no será usted pariente del archiduque de Widforth?
- Ha dado justo de lleno, es mi abuelo - un "comprendo" salió de la boca del Moriarty .
- ¿ Qué le parece la fiesta, señorita? -
- Indudablemente aburrida y poco productiva - respondió, soltando una leve risa - ¿Y a usted, lord Moriarty?
- Más de lo mismo - respondió, sonriendo internamente.
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