Pasar página [+18]

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La vida es un asco, qué sorpresa.

Mikasa y Armin tenían eso muy claro. Era desagradable.

La Ackerman casi no recordaba lo que era vivir sin su enamoramiento por Eren, él había sido su salvación, su príncipe durante toda su vida. Sus sentimientos por él estaban tan arraigados a ella misma que eran una parte más de su organismo. Estaba acostumbrada a vivir con ellos pero eso no lo hacía menos tortuoso.

El Arlert, pues estaba en una situación similar, sus sentimientos por su mejor amigo nunca habían correspondido con ese título, desde que son niños sentía algo mucho más fuerte por él, algo a lo que no pudo ponerle nombre hasta que creció y una vez que lo hizo, vaya que había hecho las cosas más insoportables.

Existían dos opciones para tal caso: Confesarse u olvidarlo. Ninguna funcionaba.

Mikasa nunca había sido capaz de invitarlo a salir, eran amigos, familia, jamás podrían ser más que eso, él no podría verla así.

Armin mientras tanto simplemente sabía que no tenía oportunidad, el otro chico siempre lo había visto como un amigo o un hermano. No quería ser rechazado por alguien a quien amaba tanto, no quería tener que alejarse, no quería que el ojiverde lo mirara con lástima por estar hiriéndolo; su orgullo nunca le dejaría arruinarlo todo.

Entonces olvidarlo... Bueno, eso no se había podido tampoco.

Mikasa había tenido una breve relación antes para notar que simplemente no era para ella, no con alguien que no llegaba a querer siquiera.

El sexo era algo más común, la ayudaba a despejarse y a olvidarse del resto del mundo por un rato aunque sea, incluso si no era lo que más quería.

Era una parte de ella amar a Eren, lo había intentado todo y no podía dejar de hacerlo, sin importar cuántos años pasaran.

Armin, por otro lado, simplemente sabía lo patético que era y que más que amor lo suyo parecía una dependencia u obsesión.

Por favor, está enamorado de Eren desde que son niños, ya tienen 19 años. Eso no podía ser sano.

Había tenido dos relaciones, ninguna funcionó de cualquier manera.

Con Marco duró poco, le tenía cariño, sentía atracción por él pero sus sentimientos nunca habían podido llegar a ser suficiente ni remotamente cerca.

Quizá llegó a enamorarse de Annie, eso no importaba, con solo ver a Eren todo eso se borraba, lo intentó un tiempo, pensó que realmente lo estaba superando pero cada acercamiento a él le demostraba que no era cierto y la Leonhart merecía más que eso.

Nada podía acercarse a la pasión con la que amaban al Jaeger, era un sentimiento incendiario. Es poderoso, arduo, persistente y también doloroso.

Nada podía acercarse.

Bueno, nada quizá exceptuando los sentimientos que tenían el uno por el otro, fueran lo que fueran.

Olvidarlo es imposible.

Mientras tanto Eren parecía totalmente ajeno a la situación. Todo el mundo sabía que ellos tres eran el grupo de amigos inseparables que parecían ya familia.

Y el castaño siempre salía con mucha gente, iba de persona en persona.

¿Terminaba con una pareja? En un par de semanas podría conseguirse otra. ¿Estaba soltero un tiempo? Tenía encuentros casuales con cualquier persona que le echara el ojo en clase, en un bar, en una fiesta.

Él era realmente inestable con sus parejas y parecía no poder vivir sin el sexo.

Ni siquiera había una clara razón de por qué sus relaciones terminaban tan rápido, él solo decía que de una forma u otra las cosas dejaban de funcionar y dejaban de intentarlo.

Entre Ellos | AruEreMika [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora