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LUNA
Siento que estoy dentro de un sueño y odio esta sensación porque no sé cuándo despertaré para encontrarme con la horrible realidad. Estoy segura de que pronto todo se desvanecerá y escucharé al sonido de mi alarma para darme cuenta de que sigo en mi viejo departamento, con los párpados hinchados por haber llorado toda la noche y la inminente sensación de querer desaparecer durante mil años.
Y, si es así, prefiero ponerle fin a mi vida.
Sé que hago mal con aferrarme a Aiden, pero ¿a quién más iba a recurrir si él fue el que me vio llorar? Usualmente afronto las crisis de pánico por mi cuenta, pero ¿qué excusa iba a poner si decidía huir? Ya estoy cansada de escapar de mis problemas y de fingir que puedo con todo, por esa razón me derrumbé ante la mínima muestra de consolación.
¿Y qué se supone que le iba a decir además de llorar como una magdalena? ¿Que tuve un novio de mierda, al que ni siquiera quería, que me trató como la mierda y dejó a mi salud mental hecha mierda?
La culpa fue mía por jugar a la buena hija y pretender una relación con Elliot aun sabiendo como era. Yo me busqué todo lo que me pasó y no tengo derecho de llorar por lo ocurrido, fue mi culpa. Yo me gané esa experiencia traumática con justa razón.
Encima, me odié porque lloré más al reconocer que Aiden no tenía ni la mínima intención de empeorar a mi estado de ánimo. Todavía tengo bien presente que correspondió a mi abrazo y en ningún momento me realizó un interminable cuestionario del por qué lloraba. Al contrario, me repitió que se quedaría conmigo para siempre y me prometió que estaría a mi lado por el resto de mi vida.
Sé que no lo soñé, porque me llenó la cara de besos una vez que conseguí calmar a mis sollozos y no paró hasta que las cosquillas me hicieron reír. Sé que tampoco fue una alucinación porque en la noche la hinchazón en mis párpados era bastante visible y Laelia tuvo que aplicarme hielo para aminorar la sensación de incomodidad.
¿Fue correcto pedirle tal cosa? Sé que habré sonado como una estúpida y...y yo no quería soltarlo. Me aferré a su torso como si fuese un koala. Tenía muchísimo miedo de que se fuera al ver mi debilidad, debido a que todos se han ido en algún punto de mi vida y yo soy la que queda arrumbada en soledad al igual que una muñeca de trapo.
Pero Aiden decidió quedarse. Y se quedó hasta que ya no tuve más lágrimas que derramar.
Dioses santísimos que habitan el cosmos. ¿Por qué mi destino tiene que afrontar tales situaciones? Si no hubiese sido por esa estúpida hoja de árbol... ¿Era necesario que cayera en mi cabeza? De por sí, tuve un ataque de pánico desde que le reclamé al emperador por asuntos de política. Fui una estúpida al hablar con tanta soltura sin siquiera haberme informado bien sobre el tema.
En sí, creo que mi miedo empezó desde que Aiden trató de besarme. Y de nuevo, insisto en que ese temor fue provocado por los recuerdos de Elliot y su intento de abuso hacia mí. Parte de mi cerebro afirma que, si esa desagradable situación no hubiese ocurrido, yo habría aceptado al beso de Aiden.
