Las autoridades fueron creadas para proteger a la población, salvarla de los que quieren hacerles daño o les han causado, proteger los territorios asediados por grupos delictivos que únicamente llenen de dolor a los ciudadanos. Latinoamérica es un ejemplo de la existencia de este grupo de personas, quienes en vez de proteger lastiman y se vinculan con quienes deberían batallar, en otras ocasiones son ellos mismos quien ejecutan a gusto propio.
En cada capitulo deAsesinos en Serie hemos conocido a distintos personajes con diferentescualidades, a cuál es peor y presenta un modus operandi mucho más escondido quelos demás. En esta ocasión vamos a conocer a un asesino en serie que paso pordesapercibido, como el caso anterior en que parecía ser un buen esposo y losniños se acercaban a él a jugar, ver televisión en su hogar y muchas cosas más. Ahora es el turno del medio del continente, desde Centro América.
El Salvador llegó a catalogarse como uno de los países más violentos del mundo debido a su alto índice de asesinatos, llegó a ocupar un puesto en el top 10 de los países más peligrosos, llegando a tener una tasa de más de 20 homicidios por cada 100,000 habitantes. Actualmente los asesinatos han bajado considerablemente, pero hay otro problema que se ha acrecentado en los últimos meses que son las desapariciones, entre los meses de enero y abril del presente año se contabilizaron 424 desaparecidos a comparación del año 2020 en el que solo fueron 198, un problema complicado en el que muchas víctimas resultan ser mujeres.
Este año 2021 la historia cambió para los habitantes del callejón Estévez en el municipio de Chalchuapa, departamento de Santa Ana; una historia que traería consigo el descubrimiento del peor asesino serial que ha existido en el país, aunque han existido muchos otros que se les podría catalogar de este tipo, pero ninguno había tenido tantas muertes bajo sus manos. El día 07 de mayo alrededor de las 11 de la noche el silencio que predominaba fue interrumpido por los gritos desesperados de una mujer que aclamaba por ayuda, una persona que corría despavorida hasta ser alcanzada por el psicópata y golpeada en la cabeza con un tubo de hierro, para luego ser arrastrada hasta la casa nuevamente y el portón fue cerrado para acabar adentro su crimen. En ese preciso instante los vecinos alertaron a las autoridades llamando al 911, quienes se encontraban en una delegación a pocos minutos de la residencia de este hombre, sin embargo, se tardaron más de lo esperado en llegar -si algo es decepcionante, es que en El Salvador las autoridades tardan en llegar a la escena del hecho en muchas ocasiones, quizá si hubiesen llegado a tiempo habrían salvado una vida-, los agentes de la Policía Nacional Civil encontraron una escena de asesinato que parecía común en el país, madre e hija tiradas muertas en la sala de la casa número 11, una se encontraba totalmente desnuda al parecer fue abusada sexualmente por el hechor y la otra tirada semidesnuda, ¿qué fue del asesino? Según fuentes policiales trató de pasar por desapercibido quedándose tirado entre los cuerpos como si fuese un cuerpo más, con las muñecas heridas con aparente indicio de haber intentado un suicidio lo que no pudo consumarse.
A la mañana siguiente el país amanecía con las fotos de un hombre de aspecto robusto y moreno, vestido en short y una camisa azul apresado a un tubo de metal oxidado; la prensa se hizo presente al lugar del hecho como un asesinato más en un país altamente violento, el sospechoso correspondía al nombre de:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
