[11.] Ya basta Frezeer.

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Una semana transcurrio entre acostones casi diarios por parte de Aron y yo.

Mi rutina era la misma desde que había pasado lo de Mew, salía de trabajar tarde e iba al mismo bar, a la misma barra, y me encontraba con el mismo chico.

Estaba impresionado de haber durado tanto con él, es decir, casi nunca volvía a ver a mis citas nocturnas, pero Aron me satisfizó de una manera tan increíble, que sinceramente se había vuelto algo adictivo para mi.

—¡Dios! De verdad que no doy más.—digo girando aún sudoroso luego de aquellas cinco horas seguidas de puro sexo.

—¡Ni que lo digas!

Aron puso sus manos en su frente echándose el cabello, ahora rubio, para atrás, se había teñido hace poco, en estos días había intentado olvidarme de Suppasit, dándome un aire con este chico que era muy noble.

Pero claro, que porque cogiera bien, no significaba que tendría
oportunidad alguna conmigo, yo tenía muy en claro que no estaba preparado mentalmente para estar con alguien.

Aron era bastante atractivo, tenía una barbilla bien perfilada, una nariz grande de dioses, además de ojos almendrados que hipnotizaban a cualquiera, de su carácter se podría decir que al terminar nuestras rondas, era alguien dulce.

Eso me fastidiaba un poco, pues la meloseria no va para nada conmigo, pero estaba aprendiendo a lidiar con ello.

Lo observé de reojo, una sonrisa ladina se plasmo en mi cara, pues su rostro después de aquel orgasmo era bastante sexy.

—Dame un momento, me está entrando una llamada.—me avisa girandose para tomar su móvil.

Asiento con pereza, a veces me tardaba algunas horas en su casa, hasta compartiamos desayunos, ya no era como antes que salía corriendo.

—¿¡Qué dices?!

Voltee al escuchar la voz alterada de Aron.

—¡Mierda! Te digo que no me gustan las visistas sorpresas.

Se levanta con afán, y yo lo miro sin entender.

—¡A la próxima avisa!

Se notaba que estaba molesto, así que rápido me vestí.

—Lo siento.—me mira para luego disculparse.—No me gusta que la gente llegue sin antes avisar con anticipación.

—No te preocupes, entiendo.-le contesto sin importancia.—Entonces creo que me iré ya.

Tomó mi celular, mi billetera y mis llaves.

—Si, está bien, como prefieras.

Me levanto, salgo de la habitación con mi ligue siguiéndome, se me adelanta cuando la puerta se escucha siendo golpeada.

—Yo abro.—sonríe.

—Dios mío Aron llevo una puta hora fuera de tú edificio, casi no me dejan entrar, ¡Tuve que repetirle al de seguridad que soy tu hermano como seis veces!

El chico que golpeaba con fuerza la puerta y que por fin dejo en vista su rostro no era nada más y nada menos que.

—¡Mew!

【 [𝐹𝑒𝑚] 】↠𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora