【 [𝐹𝑒𝑚] 】↠𝑴𝒆𝒘𝒈𝒖𝒍𝒇 !¡♡

[16.] Lo averiguaremos.

—Mi cabeza...

Intenté abrir mis ojos, pero el fuerte dolor de cabeza me hizo cerrarlos de inmediato.

—Mierda.

Maldeci bajo sosteniendo mi frente con una de mis manos, cuando el dolor disminuyó, parpadee varias veces intentando acostumbrarme al ambiente.

—¿Qué carajos?

Observé una figura con su espalda descubierta.

Abrí mis ojos mirando hacía todos lados, ¿dónde mierda estaba? Parecía una carpa.

Gire lentamente, intentando mirar más de cerca hacía quien era el desconocido que había amanecido conmigo.

Me acerqué, su cabello era marrón oscuro, tenía un corte parecido al de Mew.

Mire su rostro y casi me voy de culo al darme cuenta de quien era.

—¿Mew?

Hablé haciendo que este se despertara de repente.

—¡Yo no hice nada!—grito a la par respiraba fuerte.

Yo sólo me quedé callado y mire de hacía todas las direcciones posibles.

—Mierda, eres tú.—sostuvo su frente relajado.

No sabía que estaba pasando y por qué ambos estábamos desnudos.

—¿Por qué me miras así?—me dice alzando su ceja.

Acaricio la cobija mirándola con extrañeza.

—No me digas que...—tapó su rostro con ambas manos.—No recuerdas lo que paso anoche.

¡¿Había pasado algo anoche?!

Un momento, cerré los ojos tratando de recordar.

"Gulf, alto, espera, tenemos que hablar las cosas primero"

"Hablaremos todo lo que quieras después de que me termines de coger"

"¿Estás seguro?"   "Pareces drogado, no quiero que esto se convierta en un tipo de violación y que mañana termine en la cárcel."

"No estoy drogado"

"De igual manera si lo estuviera también lo desearía."

—Demonios.—murmure mordiendo mi uña.

—¿Entonces si estabas drogado?—Mew me cuestiona con terror.—Dios mio, voy a terminar en la cárcel.

Se echa de espalda en posición fetal.

Sigo sin contestar, los múltiples flashbacks de anoche se hacen más nítidos, desde el inicio hasta el fin.

¿Cuántas veces lo habíamos hecho?

Recorde lo demandante que había sido, eso me hizo morderme el labio, volví mi vista a quien me acompañaba, parecía estar teniendo una crisis existencial.

Negué con la cabeza, si seguía recordando me iba a poner caliente de nuevo.

—Ya lo recordé.—sonreí tocandole el hombro.

—Gracias a Dios.—se levanta y respira tranquilo.—Que sepas que yo venía a hablar, esto no estaba en mis planes.

Reí.

—Pero aún así no pudimos hablar, eres, eres algo insaciable.—confeso con colores en el rostro.

—Bueno, realmente no sé porque anoche estaba tan sensible, te aseguro que no soy así.—admiti.