Ya me había despertado, pero preferí estar recostada un poco más. De igual manera, no podría moverme con libertad, era precavida y mi sexto sentido me decía que era mejor esperar.
Empecé a escuchar pisadas, en cada una la madera producía un eco o rechinaba a causa de algún clavo suelto, al mirar por la pequeña abertura que había entre cada barril.
Vi bajar a tres hombres, uno de cabellos color cobre, con una espesa barba, barriga de cerveza y párpados caídos, el otro tenía una estatura más alta que el primero, cabellos color cobre, sus ojos eran de color marrón y vestía gamas verdes, tenía cierto parecido a Thomas y el último, era un señor mayor, una barba de seis centímetros, cejas pobladas, al costado derecho tenía unas manchas.
Ellos fueron directamente a unas cajas de madera, el hombre con barriga saco una matchlock musket, un arma de fuego, aquella misma que mató a Kocoum.- Esto servirá para eliminar a los salvajes - no le doy tanta importancia a lo que ellos dicen, ya que ellos están fascinados con los conceptos de nuevo mundo y posibilidad de riquezas, había que admitir que su tecnología si bien era avanzada si nivel de inteligencia no. Eras esclavos de sus propias necesidades y pocos tenían sus metas fijas, además detrás de los protagonistas habían extras que representaban la realidad de aquel entonces.
La terminología de salvajes, era para aquello nuevo que no estaba adaptado a su cultura, pero si ellos no fueran cultos, los papeles serían inversos. Las diferencias no deberían ser desventajas, aunque solo es mi humilde opinión mental.- No te olvides que tenemos al gran John Smith, él nos protegerá - Apoyo mi espalda contra la madera del barco, minutos más tarde había bajado al que recordaba que era Thomas.
El chico que es fiel a Smith, pero que fue intimidado por Ratcliffe para demostrar su valor como hombre. Debo decir que viéndolo desde aquí se puede apreciar su belleza. Se había acercado a controlar que ningún barril se haya dañado, eso me permitido verlo un poco más cerca: Cabellos rojos cuál atardecer, una piel blanca levemente bronceada, en su rostro tenía algunas pecas y unos ojos negros que parecía verse la noche en ellos, tenía un brillo ellos, tal parece que la emoción estaba a flor de piel por estar aquí.
Contengo mis ganas de reírme por su manera tierna de actuar.
Un hombre se posicionó detrás de Thomas, apoyo su mano derecha en el hombro izquierdo del chico para llamar la atención, dio un pequeño brinco al sentir la mano del viejo y de giro a verlo - Thomas será mejor que subas, recién me dieron la señal de que están esperando para que vayas con un grupo a tierra. -
- Entendido señor, gracias...- se apresura en dejar todo e ir corriendo escalera arriba. El señor se queda mirando a su alrededor, los otros dos ya se habían marchado con las cajas, su caminar es lento y cuando está apunto de pisar el primer escalón me dice:
- Escondete en aquel barril - señala el barril que está al lado de la escalera.
- Vendrá un grupo para bajar todas las provisiones, no se darán cuenta que estás dentro, y podrás esconderte en el bosque -No salgo de mi lugar, pero decido responderle. - Gracias viejo -
- Fue lo mejor que no hayas subido, Ailati - mi respiración de detiene, se va acercando a los barriles en dónde estoy escondida - de haberlo hecho, tendrías una mala experiencia, aún estando ese muchacho Smith, existen hombres aquí peligrosos - sonríe con cariño y suspira - no te preocupes, solo soy un viejo que cumplió tu deseo, ¿O ya te olvidaste, manzanita? - Manzanita era el apodo que mi padre me decía, las lágrimas se hicieron presente, baje la mirada y me abrace a mi misma al darme cuenta que era el señor Sweet. El había cumplido mi sueño, aunque lo había dicho metafóricamente.
- Te estoy dando la posibilidad de que seas feliz - los ojos del señor Sweet eran verdes, y siempre en lugares oscuros brillaban, aquí no era la excepción. - Te estaré observando -
En ese momento comprendí que tenía una misión y que debía aceptar esta realidad, mientras pensé eso, el señor Sweet se había marchado. Mientras yo procedí a meterme en aquel barril, por no me sentía apretada y había algo de espacioso.
En cuestión de segundos, se escucharon las voces de varios hombres y algunas risas. Me asusté un poco cuando levantaron el barril, pensé que se darían cuenta que el peso no era normal.
El transcurso hacia tierra fue tranquilos, escuchaba a la tripulación sobre los deseos de cumplir sus sueños después de encontrar el oro y cómo se animaban mutuamente. Sentí pena por ellos, Ratcliffe se había aprovechado de la necesidad de estas personas. Tenía varias dicotomías encontradas en mí: mofa - lastima, primero sentí lástima porque pasaron por mucho para llegar hasta aquí y por otra parte, me quería mofarme de ellos porque querían causar daño sin causa, miedo-alegria, era otra de mis dicotomías. Aún así mi corazón latía tan fuerte de la emoción de estar aquí.-¡Hey viejo! ¿Dónde ponemos el barril? - me puse en alerta y lista para correr en caso de que lo abrieran.
- Póngalo al lado de ese árbol, y no lo abran. Ustedes son un peligro con lo que tocan -
- ¡Viejo de mierda! Cuidado de como nos hablas -
- Tranquilo hermano, él pronto no será un estorbo-
Aunque fue dicho en un tono bajo, yo si pude escucharlo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo por la advertencia que se percibía en su tono. Tal parece que la realidad de la película es diferente a la que se muestra, no estoy segura, pero necesitaré mas pruebas para confirmarlo.Mi idea principal era esperar a que al anochecer y así escapar, pero Ratcliffe había empezado en nombrar al nuevo mundo como Jamestown. Todos estaban rodeándolo y prestando su atención, por lo que aproveche en salir e irme directo al bosque.
Mi respiración estaba agitada, luego de recuperar el aire busque a mi alrededor para dar cuenta si era territorio de los Powhatan.
El bosque es realmente maravilloso, los caminos naturales encantadores. Todo a mi alrededor desprendía vida. Un verdadero tesoro natural.Mientras más caminaba, se veían algunos ciervos y otros animales; más adelante había un manzano y al acercarme me dí cuenta que un niño se estaba trepado. Pero pisó por error una rama y cayó al piso dando de lleno con su brazo izquierdo. El pequeño estaba por llorar, me adelante y decidí acercarme.
Apenas me vio se escondió asustado, mirando con cautela.
- Tranquilo, no te haré daño. Solo quiero curar tu herida. - El pequeño me miraba curioso. Su mirada me parecía tan tierna.
Sus ojitos marrones brillaban, tenía unas unos leves raspones y su cabello largo negro brillaba.
Me dispuse a sacar las vendas y vino, en la bolsa guardado un poco de suministros, así que estaba preparada. Cuando termine le sonríe y le empecé a acariciar su mejilla para que tenga confianza conmigo.- ¿No me matarás?- la mirada llena de dudas me sorprendió, pero mi pecho se comprimió.
– No te lastimare, al contrario, vine a sanar ese golpe que te diste. –
– ¡Soy un niño muy fuerte! – flexiona cada uno de sus brazos y sonríe, demostrando su fuerza.
Me senté en el piso y él se sentó sobre mis muslos – Soy Tacoum – Estaba feliz de que su miedo se disipara.
Mientras estaba con el niño, sentía que alguien nos estaba observando, el pequeño empezó a tocar mi cabello y yo deje que siga jugando con mis rizos. Este cabello rojizo, me llegaba hasta la cintura y por suerte tenía una parte rapada, sino estaría sufriendo el calor o la humedad.
Cuando le iba a consultar una duda, apareció un grupo de guerreros de la tribu Powhatan, con sus flechas y demás armas, caminando hacia nosotros. Y entre ellos se acerca el futuro esposo de Nakoma, su mirada era intimidante, los otros estaban en posición de defensa.El pequeño se levanta rápido y se posiciona delante de mí con sus brazos extendidos. –¡¡No la lastimen, ella me salvó!! –
– Esa no lo decidiremos nosotros –
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La intrusa de la película
FanfictionAilati es una doctora de veintiséis años. Luego de regresar de un largo día de trabajo, decidió relajarse con una película de Disney, ella pide un deseo a la nada y se duerme. Pero al despertar se da cuenta que estaba dentro de esta. Sin saber si p...