1.

635 34 1
                                    

Escuchaba el ensordecedor grito de mi padre dirigido hacia mi madre, sus palabras herían, pero la sensación que transmitían era simplemente aterradora, podía sentir mi cuerpo helar a causa del miedo que provocaban en cada oración, tan brutal y descarada, me sentía atemorizado sin siquiera estar en el mismo cuarto. Un fuerte estruendo se escucho en la otra habitación, un objeto había azotado contra el suelo, provocando un gran eco, pude sentir como mi cuerpo se congelo, en ese momento lo único que podía desear era que mi madre se encontrara bien, mis manos comenzaron a emitir un sudor frió y mi corazón iba cada vez más rápido; mi madre estaba en la misma habitación que una completa bestia, y yo lo estaba permitiendo. Es difícil explicar cómo termine en esta situación, todo paso tan rápido, fue demasiado inesperado, lo único que logro procesar fue cuando mi padre llego, tenía tres botellas de cerveza con él y venia tambaleándose por todo el camino, cuando mi madre le intento quitar la bebida para ayudarlo a caminar el simplemente se exalto y golpeo fuertemente su mejilla provocando un estrépito que jamás olvidare, no entendía como podía hacerle eso a la mujer que según el ''amaba'', después me lanzo una mirada completamente furiosa y como gran cobarde salí dirigiéndome hacia el lugar donde ahora me encontraba ''escondido''. Mi padre podía llegar a ser la persona más violenta y agresiva que alguna vez haya conocido, mamá lo quería y mucho pero para mí, había momentos en los que me decepcionaba llamar a ese hombre ''mi padre''. Escuche como un cristal se estrellaba contra el suelo, imagine que mi padre había roto las cervezas que traía consigo. Cerré los ojos por un largo tiempo mientras los gritos proseguían cada vez con más intensidad, hasta que finalmente escuche.

-¡Si vuelves a hablarme de esa manera, te juro que no tendrás tanta suerte! ¡SOY EL HOMBRE DE LA CASA A MI ME RESPETAS! Maldita zorra...

El sonido de la puerta cerrándose con gran fuerza dio por terminada la perturbadora pelea; salí de mi ''gran escondite'' y fui corriendo hacia la habitación donde estaba mi madre, se encontraba tirada sobre unos cuantos vidrios rotos, su vestido blanco y floreado ahora lucia unas manchas amarillas, me acerque a ella intentando levantarla, emitía un olor a licor completamente desagradable, por lo que asumí que mi padre si le había arrojado la botella de cerveza. Intentó recuperar fuerzas para que pudiera levantarse por sí sola, pero unos pequeños vidrios enterrados en su rodilla dificultaron la tarea, le acerque lo más rápido que pude una silla para que pudiera sentarse y cuando finalmente se retiro los pequeños vidrios de su cuerpo, rompió en llanto.

Sus jadeos eran silenciosos, sus lágrimas no paraban de salir mientras su respiración era cada vez más agitada, trate de tranquilizarla pero no sabía cómo hacerlo, tome su mano y la apreté con fuerza, su cabello castaño tapaba completamente su cara evitando ver cuál era su expresión, me separe de ella para ir a buscarle un pañuelo.

-Gracias...

Fue todo lo que ella se atrevió a decir en un largo tiempo, sabía que mi madre no tenia porque soportar esta clase de cosas, no tenia porque recibir tales insultos, no tenia porque seguir con estos tristes momentos cotidianos, ella podía irse y ser completamente feliz, podíamos ser completamente felices alejados de mi padre, pero había una razón por la que seguíamos aquí, por la que a pesar de tantos años de insultos y maltratos permanecía a su lado, una sola razón que puede aguantar cualquier clase de cosas.

Ella lo amaba....

Ella amaba a mi padre de una manera tan profunda, que él jamás llegaría a sentir por ella, su pequeño y noble corazón soportaba esa clase de cosas por el enorme amor que ella le tenía, y como no aceptarlo, un corazón enamorado puede tolerar cualquier cosa, en especial si vienen de la persona a la cual se ama, mi padre era un completo idiota al no apreciar lo que ella sacrificaba por verlo feliz, por no hacerlo enfadar, se preocupaba por él, le daba todo con tal que fuera feliz, porque eso era lo único que deseaba, que él fuera feliz... Mi madre siempre me repetía lo mucho que me amaba, todo lo que daría por mi bienestar, y por verme feliz, pero eso no necesitaba decírmelo, porque yo al contrario de mi padre, veo todo lo que ella sacrifica para darnos lo que necesitamos, todo a lo que ella renuncia para que vivamos a gusto, no hay mujer más maravillosa que la quien pone nuestra felicidad antes que la suya, y esa era mi madre ¡estaba orgulloso de decir que esa era mi madre!... pero la estaba decepcionando, todo lo que ella me estaba dando era en vano, porque yo no era feliz, yo jamás podría ser feliz viendo como un idiota lastimaba a la mujer que más amo. Mi madre dependía de mi felicidad para ser feliz, y yo dependía de su felicidad para ser feliz. Era algo que jamás terminaría.

-Louis... ve a cambiarte ya es tarde- hablo un poco más calmada, su voz intentaba mostrar fortaleza en un lugar donde no la había- En un segundo iré a darte las buenas noches.

-¿Mamá te encuentras bien? Si quieres puedo ayudarte a levantar lo que papá tiro- tenia la mirada perdida en el suelo, coloque mi mano en su mejilla limpiando una lágrima que pronto caería, me miro con cierta angustia, y apretó los labios para evitar volver a llorar.

-Tú no te mereces nada de esto cariño- coloco sus manos alrededor de mi cara mientras apartaba cada mechón de cabello que estaba sobre mi frente, me miro observando cada parte de mi rostro, comprobando que mi padre no me hubiera hecho algún daño.- No mereces vivir estos horribles momentos.

-No me importa el cómo vivamos, solamente quiero que seas feliz, créeme mami, toleraría cualquier cosa con tal de conseguir tu felicidad.

Y era verdad, mi padre podía ser el imbécil más grande del mundo, se llevaba el premio a la peor persona del siglo y seguramente ocupaba el puesto número uno en la lista negra de Santa Claus, pero él era lo que realmente hacia feliz a mi madre, el era su única razón para seguir adelante, no yo, solo él, y lo aceptaba, cada quien convierte en su prioridad a quien quiera, cada quien ama sin control a la persona que desea. Nadie superara el amor que yo tengo hacia mi madre al igual que nadie superara el amor que mi madre le tiene a mi padre.
Su mirada reflejaba asombro y en sus labios reposaba una sonrisa de completo orgullo.

-No puedo creer que pienses de esa manera mi vida...-La abrace con gran fuerza, sabía que ella lo necesitaba-... Es increíble que solo tengas 8 años.

-Te amo mamá-Le di un fuerte y sincero beso en la mejilla, antes de irme corriendo hacia mi habitación.

Espere por unos minutos a que mi madre llegara a desearme las buenas noches, era algo cotidiano que alegraba completamente mi día, veía a mi madre con un sonrisa sincera dirigida hacia mí, me mostraba cuanto me amaba, y a veces decía ocurrencias bastante graciosas, esos pequeños minutos de felicidad que habitaban cada noche en la habitación, era lo que me hacía creer que algún día mi vida podría mejorar. Toco la puerta y se sentó en mi cama tendiéndome un vaso con leche tibia.

-Muchas gracias mamá- disfrutaba del placentero sabor que un simple liquido provocaba, mi madre reía por la emoción con la que saboreaba un simple vaso de leche -No te rías enserio sabía muy rica.

-Pero si es solo un vaso con leche- rió incrédula.

-El que sea simple no le quita lo bueno.

Cuando termine se lo pase a mi madre para poder acostarme con el propósito de dormir; me arropo y me dio un beso en la frente.

-Buenas noches- susurro.

-Mamá...- me miro, observe su rostro y pude identificar una gran marca roja que había en su mejilla izquierda-... ¿Te duele mucho?

Cubrió la parte roja de su rostro y simplemente negó.

-Ya no, ahora duérmete.

-Mamá...- hable una vez más- ¿Crees que algún día papa se dé cuenta de las cosas malas que está haciendo?

-Si Louis, tu padre puede llegar a hacer cosas horribles, pero tengo fe en que algún día se dará cuenta que está mal, confió en el, confió en que algún día hará las cosas bien y podremos vivir sin la necesidad de pasar por estos momentos- su rostro brillaba con cierta esperanza- se que algún día lo hará...- resbalo una lagrima por su mejilla, ella en verdad creía que todo podría mejorar, podía ver como estaba cansada de tal trato, pero aun así confiaba en que todo cambiaría para bien.- Basta de preguntas, buenas noches mi amor, descansa.

Apago la luz y salió de la habitación.

Ella confiaba en el...

Tal vez ese era el problema, esperaba demasiado de una persona que no sacrificaría nada por ella.

Louis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora