2.Complicaciones

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Abrió los ojos, ya ocho horas después de haberlos cerrado. Había pasado la noche y el despertador llevaba cinto minutos sonando. Dianna se levantó con un gran dolor de cabeza, ayer se quedó estudiando hasta tarde y no había podido dormir bien. Eligio cautelosamente su ropa; una camisa blanca planchada sin ni una arruga, un chaleco de pana verde y unos baqueros azules de campana.

- ¡Dianna! – se oyó una voz que procedía de la cocina.

- ¡Ya voy mamá!

Dianna terminó de ponerse las zapatillas y bajo las escaleras corriendo, tan rápido que casi se cae al tropezarse con una zapatilla que había en el pie de las escaleras.

-¿No crees que vas a llegar tarde?

-Si de verdad te interesa mi opinión, no.

-Primero, no me vuelvas a hablar así.

Dianna dio un giro con los ojos en el momento en el que también giraba la cabeza.

-Y segundo, si llegas tarde luego no vengas llorando de que has sacado mala notas.

-Mama, yo NUNCA saco malas notas.

Dianna se colgó la mochila al hombro, cogió las llaves y se fue de camino al instituto.



Karla estaba sentada en el suelo, con su mochila a los pies. Como no volvía a estar esperando a su queridísima amiguísima del alma Dianna, que siempre llegaba tarde. Todavía quedaban tres minutos para que empezara el instituto, pero le empezaba a preocupar que no apareciera.

Vio a Tom, el novio de Dianna. Se levanto de un salto, se colgó la mochila al hombro y se acercó a él.

-Hola Tom, ¿ha visto a Dianna?

-Déjame adivinar, otra vez llega tarde, ¿no?

-Si, pero no hace falta que hables en ese tonito. - a Karla nunca le había caído bien Tom, y mucho menos ahora que el novio de su mejor amiga y por culpa suya ya no la veía mucho.

-No, no la he visto.

-Vale, no gracias.

En ese instante se vio la cabeza de Dianna asomar por detrás de un coche, estaba corriendo en dirección hacia ellos. Dos segundos después ella ya estaba al lado suya y antes de que le diera tiempo a decir nada el timbre que indicaba el comienzo de las clases sonó.

-Anda vamos. -dijo Tom cogiendo a Dianna por el hombro.

Karla se quedó atrás viendo como se adrentaban en el edificio, llena de rabia.

voy tarde*- pensó, ya que de tanto tiempo quedándose mirando como se alejaban se había quedado muy atrás



-Profeeee, ¿como se divide esto? - preguntó Amy

-Ya lo he explicado.

-Se supone que a usted le pagan para que nos lo esplique, ¿no es así?- sugirió Ruby dándole la razón a su amiga.

-No tengo porque ha...

La voz del maestro se vio interrumpida por el timbre que indicaba el final de la clase y el comienzo del recreo.

-Ahora sí que no tengo que hacerlo. - dijo al fin el maestro.

-Lo que tu digas. - contesto con tono de protesta Amy.

Ella y su amiga salieron al patio y se dirigieron a la cafetería.

EL CAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora