CAP 5

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Un rayo de sol choco directamente contra mi rostro.

Me fui despertando lentamente al sentir la molestia de los rayos del sol.

Observe por una ventana y me di cuenta de que aún era bastante temprano.

Me levanté de la cama de mala gana.

Hoy tenía pensado entrenar un poco.

En un rato todos los ejecutivos de la familia tenemos que ir a una reunión para hablar sobre la misión que nos encargo el gremio.

Faltaban unas cuantas horas para ir a la misión y Aiko quería hablar de unas cuántas cosas.

Ella le había ordenado a Abel tratar de encontrar la mayor información que pudiera sobre el teatro de la ciudad.

Queríamos tener una idea del porque Evilus iba a aparecer en ese lugar.

Aunque aún no estamos del todo seguros si se trata de Evilus.

Pero es mejor estar preparados ante cualquier cosa.

Salí de mi habitación luego de un rato de haberme despertado.

Recorri los pasillos de la mansión con tranquilidad.

Todo estaba muy silencioso, la mayoría de la familia aún se encontraba descansando.

Me dirigí directamente hacia la sala de entrenamiento.

Era un lugar bastante amplio donde podía entrenar a gusto, varios de la familia también la utilizaban, pero a esta hora siempre suele estar vacío.

--....

Había pasado poco tiempo desde que había iniciado con mi entrenamiento.

Fue bastante relajado.

Yo me encontraba pensando un poco sobre el tema de la misión del gremio así que me sentía muy desconcentrado.

--Preocupandome no ganaré nada.

Dije en voz baja tratando de disipar todas las inquietudes que tenía.

Escuché los pasos de alguien acercándose a mi posición.

Tal parece que ya varios miembros de la familia están empezando a despertar.

Aún así es raro que alguien venga tan temprano a este lugar.

Cuando me volteé mis ojos captaron la figura de una elfa.

Ella me sostuvo la mirada.

No se movía del lugar en donde estaba.

Sus ojos transmitían nerviosismo.

Yo detuve mi entrenamiento y la mire un poco curioso.

--¿Sucede algo, Silvi?

Pregunte a la chica.

Ella se exaltó al escuchar mi voz.

--V-Vera Bell-sama, y-yo...

Parecía que trataba de decirme algo, pero sus palabras no le salían.

Pude ver como empezó a ponerse más nerviosa hasta el punto de mirar al suelo.

El lugar se quedó en silencio.

Ella buscaba las palabras para hablarme y yo estaba esperando escucharla.

Yo aún me encontraba molestó con Silvi, por lo que había sucedido en el bar de Mia.

A pesar de estar enojado, yo sabía que lo que hizo ella no fue del todo su culpa.

Luz cegadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora