Corazón anónimo.

Alan:

Al llegar a casa, lo primero que pensé fue en buscar a Mamá y contarle todo para que actuáramos respecto a lo sucedido, ese hombre no se saldría con la suya.
—¡Mamá! Tengo...
—tranquilo hijo, no té molestes, lo sé todo, créeme que tu padre no va a volver y hacer como si nada hubiera pasado, pediré el divorcio, créeme el fue el hombre al que más e amado en toda mi vida, pero le aré un favor y nos separaremos, ya que si hizo esto después de tanto tiempo juntos es porque ya no soy suficiente —dijo con tristeza y frustración al mismo tiempo.
Me quede sin palabras al escuchar que mi madre se estaba culpando por todo, como podía decir que no fue suficiente, el amor que ella le daba a mi padre era incomparable, como si escribieras un libro y pensaras en hacer la historia con el amor más profundo y bello de todos.
—No digas eso nunca más mamá, diste todo de ti y lo sabes —hable con una furia que hervía mi sangre y toda venía de solo pensar como mi padre pudo ser tan tonto, pareciera como si no supiera lo que estaba dejando, lo que estaba traicionando.
— ay mi muchacho, cuanto has crecido, no te preocupes saldremos adelante y gracias por recordarme que no soy culpable, es solo que muchas veces sentí que tu padre haría algo así, no antes, sino empecé a sospechar recientemente y todo mi ser se culpa por lo sucedido, pero lo superaré te lo prometo. —la abracé fuerte y ella me lo devolvió.

Todo ese día tuvimos un día madre e hijo, viendo películas y comiendo hasta no poder más, tal vez fue nuestra forma de entrar en paz y olvidar por un momento lo sucedido, nuestra forma de duelo. Sinceramente me sorprendió muchísimo la forma en la que mamá afrontó todo, como si solamente hubiera dejado libre a una criatura enjaulada, tal vez eso era el verdadero amor saber soltar, liberar y dejar ir a algo o a alguien que no quiere seguir más en el mismo lugar. No se, si mi madre tal vez lloraría en silencio por las noches, lo cual sería normal, pero yo seguiré admirando ese don de cariño y amor que tenia.