17| Mírame

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—¿Por qué te estoy follando, Taylor? —preguntó el rubio con la mano (izquierda) grande descansando en la cadera izquierda, que por las brutas embestidas se volvió rojo. Las marcas de los dedos largos estaban ahí, marcándola y era algo admirable, una obra de arte impropio. Vinnie alejó de su mano izquierda, mientras la derecha estaba apoyada sobre el pecho entre los senos de Taylor, entonces la penetración volvió al mismo lugar con fuerza, haciéndole impulsar nuevamente hacia adelante y volver. Los anillos de Vinnie ardían como el infierno, la castaña sintió la nalgada en todo su culo porque estábamos hablando de una mano gigante para un culo no tan grande. —¿Puedes responderme ahora? —Vinnie preguntó mientras alisaba el lugar donde había golpeado, él sabía lo mucho que le gustaba a ella. Nadie sabía lo cuanto Taylor amaba esas manos grandes de su contrario, ella lo sabía y él lo sabía.

—¡Porque perdí, maldito diablo! —dijo Taylor embriagada por el placer, las palabras arrastrándose fuera de sus labios rojos de tanto morderlos, ella sabía lo que Vinnie quería oír. Ella mordió los labios, sabiendo lo que vendría y el de rulos dorados susurró ronco.

—Responde bien cuando hablo contigo, amor. —y entonces la castaña sintió otra nalgada ardiendo, ella sofocó un gemido contra la almohada, así que sintió el ardor en el culo. Era como droga, ella adoraba eso. Vinnie golpeó de nuevo, con más fuerza, dos nalgadas seguidas mientras sostenía el cabello de Taylor, inclinaba su cara lejos de la almohada y golpeaba en su culo repetidas veces. Taylor gritó, de placer, revirtiendo los ojos y respondió en medio de la desesperación:

—Maldito Vinnie, estoy acá porque perdí el juego. —ella respondió en medio de los gritos, su voz agotada agradó a los oídos del rubio, sus vecinos oirían probablemente, eso dejaba al mayor satisfecho.

—Ponte de rodillas ahora y chupa, te voy a follar en seco. —Vinnie le avisó, Taylor lo miró por encima de los hombros y salió de su regazo, el más grande se levantó rápidamente y encaró sus ojos castaños fijos en los suyos. Él volvió a sentarse en el borde de la cama, bajo la mirada atenta de la castaña. —Vamos, ¿me vas a chupar o no?—
Taylor bajó de la cama, su culo rojo a la vista, su pecho sudorado tapado por el top blanco, se arrodilló delante de Vinnie, lentamente desabotando los tres últimos botones de la camisa negra que el mayor usaba mientras besaba la piel blanca, la camisa se abría. Ella se sentó sobre los talones, agarró el muslo de Vinnie y lamió sus labios finos en anticipación mientras el mayor tenía el miembro erguido y expuesto, triunfante y orgulloso, duro y grande con las venas saltada.

Cuando la boca fina de Taylor entró en contacto con su polla, el rubio gimió ronco y arrastrado, la menor sonrió con la cabeza entre los dientes, algunos besos superficiales se dejaron allí, antes de que Vinnie tomara su cabello sudado y apretó con un poco de fuerza, Taylor murmuró en un gemido soso y como respuesta Vinnie susurró —¡Trágate todo esto de una vez!— y fue lo que Taylor hizo, relajando la garganta y tragándolo entero, el gemido gutural salió del fondo de la garganta de Vinnie, ronco y alto, Taylor iba y venía mirándolo con los ojos cristalinos y llorosos, Vinnie tenía los ojos cerrados, sin embargo, cuando Taylor acarició sus bolas superficialmente él abrió los ojos casi negros por la excitación dirigidos a la castaña, que continuaba orgullosamente descendiendo y subiendo con la boca envuelta en el miembro del mayor, ahogándose algunas veces pero aún así continuaba con aquello para el placer de Vinnie que gemía descontrolado.

—¡Hum, Taylor, m-mierda! —ella continuó, más rápido aún esta vez, acariciando las bolas de Vinnie, tragando entero la masculinidad. —¡Ah, casi llego! —el mayor agarró su cabello entre los dedos largos mientras tiraba la cara de Taylor lejos de su polla, una de las manos sosteniendo sus cabellos enredados y sudados, y con la otra bombeando su miembro con fuerza, Taylor abrió la boca estirando la lengua hacia fuera y aquello fue suficiente para Vinnie para venirse en chorros fuertes y calientes, contra el rostro de la menor, un poco en su lengua y en las mejillas.

𝙃𝙚'𝙨 𝙉𝙤𝙩 𝙈𝙮 𝘾𝙧𝙪𝙨𝙝!  ―Vinnie Hacker―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora