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Hacia un tiempo que te habías compremetido con Carla, a pesar que a primera vista luce como alguien que no quiere Involucrarse en vínculos amorosos. Todo lo contrario contigo, es cierto que es algo estricto y al vez serio pero no quita el echo que te ama demasiado.
Ya se habían casado hace algunos meses y días después de su noche de bodas, empezaste a sentir algunos malestares como Dolores de cabeza, antojos, mareos, ganas de vomitar, etc. Lo primero que te vino a la cabeza fue hacerte una prueba de embarazo.
—Vamos... Apurate — Dijiste como cierto nerviosismo mirando la prueba de embarazo.
Te habías echo una ya, había salido positivo pero para estar segura compraste otra.
Un pitido sonó y mostro el resultado, 2 barras Rojas lo cual significaba positivo, estabas embarazada.
—¡Ay! — En ese mismo baño las lágrimas de felicidad empezaron a salir, Carla había soñado con una familia a tu lado y ahora podrías dársela.
Carla y su hermano hace un rato que habían salido así que decidiste preparar la sorpresa, Hiciste un pequeño almuerzo con la comida favorita de tu esposo y cuñado. Además de eso la prueba de embarazo la pusiste en una cajita decorada con un listón rojo.
Unas 2 horas después llegaron los hermanos, fuiste a recibir al Albino con un beso mientras que Shin se escabullia hasta el comedor al ver un pequeño banquete.
—¿_____ qué es esto? — Pregunto Shin.
—Una pequeña sorpresa — Sonreíste.
Invitaste a que ambos se sentarán a degustar, en la mesa Carla era el que estaba más callado mientras que Shin hablaba haciéndote reír. A veces llevándose miradas asesinas de Carla.
—Buenoo~ yo me retiro, estuvo delicioso todo, gracias por la comida cuñada — Sonrió y procedió a levantarse de la mesa para irse.
—Carla.
—¿Si?
—Yo...um tengo que contarte algo — Tus manos jugaban entre si por los nervios.
—¿Qué sucede, te sientes mal, alguien te lastimó? Si así dímelo ahora mismo para-
—No, no, no, es otra cosa yo quiero que mires esto — Sacaste la pequeña caja y se la entregaste.
Carla bastante confundido la tomó y abrió esta mirando su contenido, se quedó perplejo por unos segundos hasta que reaccionó.
—¿Voy a ser papá? — Notaste como su voz mostraba una gran alegría.
—Si, vamos a ser padres, tendremos una familia como siempre quisimos
Inmediatamente te abrazo y beso, era el hombre más feliz del mundo.
Después de esa noticia Carla empezó a cuidarte mucho, lo que comias, lo que hacías. Ya no te dejaba jugar con los lobos por temor a que te lastimaran, no salias si el o su hermano no iba contigo.
