Capítulo lll

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10:50 p.m.

Nathan y Uzume estaban en la habitación de la última, él sentado en la silla giratoria del escrito y ella en la cama cambiando de ropa a su pequeño hermano.

- Lo siento - susurró Nathan, apenado.

La chica se giró, mirándolo y arqueó una ceja - ¿Por qué?

- No me di cuenta de nada. Debí imaginármelo cuando me dijiste que sois 34 en vuestra casa.

- Hey, no pasa nada. Tampoco es como si lo supiera todo el mundo - Uzume cogió en brazos a Inari y lo colocó en su cuna, arropándolo.

- Pero...

- En una semana hará un año - el peliazul le miró - ¿Recuerdas que yo hacía ballet? Pues tenía una competición ese día por la tarde. Al salir era de noche. No sé porqué las farolas de la carretera no estaban encendidas, así que mi padre tuvo que poner las luces largas del coche para poder ver algo.

- Uzume, no hace falta que me lo cuentes, debe ser doloroso - Nathan se sentó en la cama, al lado de la chica, la cuál volvió a sentarse después de dejar a su hermano en su cuna.

- Está bien, la psicóloga me dijo que era una buena manera de sobrellevarlo - le miró sonriendo para que se tranquilizara.

Él asintió.

- Estábamos a nada de llegar a casa. Yo comentaba emocionada los halagos que me dieron en mi exhibición y por ganar el segundo puesto. Mi madre se giró para mirarme y decirme que estaba orgullosa de mi. Mi padre hizo lo mismo que mi madre... No se dio cuenta de que por la derecha venía un camión - calló y miró a su hermano, después sonrió - El camión nos chocó. Mi padre murió en el acto al recibirlo él primero, mi madre quedó grave pero pudo llegar al hospital y yo... Quedé inconsciente. Cuando desperté me dijeron que mi padre había muerto y que mi madre, aunque lo intentaron, también. Como puedes imaginar yo ya no tenía algún motivo por vivir... Mi familia más cercana había muerto y no tenía a nadie.

- ¿Tus tíos o abuelos no...? - preguntó cauteloso Nathan.

- Mis abuelos eran muy mayores cuando yo nací, murieron cuando yo tenía 5 años. Mis padres eran hijos únicos, así que no tenía ni tíos ni primos... Por eso mismo pensé en, literalmente, desconectarme de la máquina donde estaban mis cables conectados cuando se fuera el doctor de la habitación - se levantó y fue hacia Inari, le tocó la barriguita. Nathan recordó.

- Espera... ¿Inari cuántos años tiene?

- En una semana cumplirá un año.

Nathan ató cabos - Entonces... Tu madre estaba embarazada cuando ocurrió.

- Sí, por eso, como si de un milagro se tratase, vino corriendo una enfermera y me dijo que mi hermano estaba vivo - acarició la mejilla de su hermano - No sé muy bien cómo llamar el sentimiento que tuve en ese momento, Nathan. Pero juré que protegería a Inari con mi vida, él es el único que me queda después de todo.

- ¿Has estado todo este tiempo cuidando de él tú sola? - el chico le miró sorprendido.

Uzume rió - No, la señora Kaigo-sha supo de nuestro accidente, Hana hacía ballet en ese momento y se enteró por ello. Al saberlo vino al hospital y me preguntó si queríamos ir con ella. Yo ya la conocía de hacía años, así que no dudé en aceptar. Ella me ayudó a cuidar de mi bebé - volvió a sentarse en la cama.

Nathan no lo pensó. Se abalanzó a la chica y le abrazó. Ella se sonrojó.

- ¿Cómo no pude darme cuenta antes? - sonaba molesto - Maldita sea, Uzume - se apartó de ella, pero le cogió por los hombros - Fuimos juntos a primaria, ahora lo estamos también en secundaria y no me di cuenta. Lo siento tanto - se le aguaron los ojos.

Uzume se alarmó - Hey, no. No tenías porqué darte cuenta Nathan, está bien - le cogió la cara para que la mirara.

- Me di cuenta de tu cojera, Uzume. Nunca te pregunté porqué. Supe que dejaste el ballet y pensé que era por ello, pero nunca me imaginé que un accidente te hubiera provocado eso.

Hubo un silencio. Uzume miró hacia abajo, tenía la mirada sombría.

- No solo fue por eso... - se levantó ante la mirada interrogatoria de Nathan.

Uzume empezó a quitarse las medias y Nathan apartó rápidamente la mirada. Luego, ella levantó un poco su falda.

- Uzume, ¿qué...? - él estaba muy rojo.

- Puedes mirar Nathan, tranquilo.

Nathan miró, pero con las manos en la cara, tapando un poco su vista. Al darse cuenta de la gran cicatriz que tenía Uzume en su pierna, apartó rápidamente sus manos de la cara y la miró fijamente.

- Por Dios, Uzume... Yo...

- La estética es lo más importante en el baile, da igual de que tipo lo hagas - bajó su falda y se colocó delante del chico - Como comprenderás, al tener una gran y fea cicatriz no me dejaron seguir bailando, les dio igual si cojeaba o no. Prefirieron mirar antes mi cuerpo que mi salud.

Él quedó sin palabras, ¿cómo era posible que aún pudiera caminar? Esa cicatriz no era para nada superficial.

- Yo ya no puedo bailar. Los doctores me dijeron que si lo volvía a hacer me diera por invalida para siempre. Teniendo que ir o en silla de ruedas o en muletas. Ese fue otro de los motivos por lo que lo dejé.

- Por eso no participaste en el baile de fin de curso del año pasado...

- Exacto.

Nathan se levantó. Uzume tuvo que dar un paso para atrás para que pudiera ponerse delante de ella.

- ¿Puedo verla otra vez? - le miró a los ojos.

- Sí... - ella se giró.

Nathan se agachó y, sin mirar hacia arriba, preguntó - ¿Puedo tocarla?

Uzume tembló, nunca, ni la señora Kaigo-sha le había tocado la cicatriz, ella misma era quien la trataba para que se curara - Sí... - tartamudeó.

Nathan, con delicadeza, empezó por el tobillo y subió hasta un poco más abajo de la nalga de la chica. Hizo ese recorrido cinco veces. Se levantó. Uzume iba a girarse para mirarlo, pero él fue rápido y le abrazó por la espalda, apoyando su frente en el hueco del cuello izquierdo de Uzume.

- Quiero que me cuentes cualquier cosa, obviamente cuando tu estes preparada, nunca te obligaré a nada. Pero Dios, Uzume - sollozó - No me preocupes así... Somos mejores amigos, no me ocultes estás cosas, por favor...

Uzume ya estaba llorando a mares - Lo siento, yo... Aún no estaba preparada para explicártelo... - sollozó fuerte.

- Lo sé - la giró e hizo que le mirara, le quitó las lágrimas - Por eso no te obligaré a decirme nada si no estás preparada, pero no te lo guardes por favor, no quiero que sufras sola, para eso me tienes a mi, para ayudarte - juntó sus frentes.

Uzume aún lloraba - Quédate...

- ¿Qué? - le miró, sin palabras.

- Quédate, al menos hasta que me duerma, por favor... - le abrazó. Él la cogió en brazos sin mucho esfuerzo y la dejó en la cama. Iba a sentarse a su lado - No... Túmbate conmigo.

Él, nervioso, lo hizo. Se tumbó al lado de Uzume y ella se abrazó a él. La correspondió.

- Duerme, estaré aquí cuando despiertes - le acarició el pelo.

Ella se durmió gracias al tacto.

Él le envío un mensaje a sus padres que se quedaría a dormir a casa de Millie, ellos aceptaron. Mañana le pediría al chico un poco de discreción si le preguntaban por el ausnto.

Al final, Nathan se durmió abrazando a la chica que le gustaba.

Tragedy [Libro 1 IE] [SAGA UZUME]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora