Toji Fushiguro/ Lolita (T/N) (+18)

𝙈𝙄𝙇𝙇𝙄𝙊𝙉 𝘿𝙊𝙇𝙇𝘼𝙍 𝙈𝘼𝙉

Me siento arder en rabia, mi vacío era algo que solo una persona podía llenar, una persona.... eso y la droga que ahora me metía

La jefa me comenzó a dar drogas, incluso me enseño a como inyectarme para poder sobrellevar este tormento, mis brazos ahora estaban llenos de pinchazos, mis venas llenas de heroína, mi mente no tenía otra cosa más que cocaína acompañada con una pizca de esperanza por largarme de aquí para poder reencontrarme con Toji.

Doy lo que sea por salir de aquí... pero ya no quiero seguir dando mi cuerpo, ya no por favor necesito una salida, un escape, el que sea, necesito más droga, tengo miedo, estoy temerosa de mi futuro, por favor ya no más, ya no puedo seguir abriéndole las piernas a estos hombres.

Perdí todos mis sentidos, yo me dejaba dar esta droga por qué necesitaba un escape, antes no necesitaba de esto ¿Cómo llegue a este punto? si yo sabía cómo sobrevivir con solo mi mente, era capaz de crearme lucidez creando otro ambiente, era como viajar a mi realidad deseada abandonado mi cuerpo dejando de sentir, eso... hasta que Sukuna en conjunto con Naoya y Gojo me jodieron por completo tanto era ese afán de poder tenerme por completo ¿Por qué? ¿No les bastaba mi cuerpo roto a su merced? ¿Por qué les gustaba verme suplicando, verme ahogada en llanto suplicando piedad hasta no poder más?

Desde esa vez... yo... me odio, lo más probable es que Toji a mí también.

Recaí en esta nueva adicción, mi mente ya no podía crear escenarios falsos contigo Toji, esas expresiones de placer que brotaban de mi cara no fue jamás mi intención disfrutar de lo que me hacían frente a tus ojos, ojala pudiera borrarlo de tu mente, al menos yo puedo hacerlo, borrar lo que me habían hecho, podía sacarlo de la mía por un par de horas al momento de llenar el tubo de la inyección con ese líquido, la forma en que la droga recorría mis venas.

A la salida del BAGDAG siempre la misma historia, la misma persona venía a visitarme.

-¡Hey! mi amada Lolita, que noche tan maravillosa ¿no?- una voz a mi espalda habló sabía que se trataba de él

Estábamos cerrando el club, ya todas las chicas se habían ido a sus cuartos, mis pies dolían, mi débil cuerpo no estaba para lo que Gojo necesitaba de mí

-Acuéstate con 25 hombres en una noche así sabrás lo que es tener una noche maravillosa- hablé sarcástica mientras tomaba con una mano tres de los tarros de cerveza de una mesa que estaba recogiendo

Escuché sus pasos hacia mí, así que opte por dejar lo que hacía.

-Estás muy preciosa hoy- colocó sus manos en mis caderas, bajó su torso para poder plantar su voz ronca a mí oído al mismo tiempo oliendo mi cabello, al momento de jadear en mi oído comenzó a frotarse en mi trasero, me daba asco, pero no podía hacer otra cosa más que estar callada y ceder.

Pude sentir esa risa ladina a mis espaldas, podía ver su rostro sin necesidad de estar cara a cara.

Tomó mi nuca, lentamente me colocó el torso sobre la mesa que yo recogía, subió mi corto vestido, bajo mis bragas y empezó a darse placer conmigo, el gemía mientras yo solo soltaba pujidos de dolor con cada dura penetración que me daba.

Por mis piernas escurrió sangre en conjunto con su semen, mi vestido blanco se manchó al momento de volver a bajarlo para tapar mi zona íntima, no me podía levantar de la posición de la que estaba, dolía verdaderamente en exceso, para ser claros ni siquiera me solté a llorar por el dolor, el dolor ya era algo cotidiano así que tuve que aprender a tolerar, este dolor ni siquiera me permitía mostrar tal emoción, ni una lágrima escurrió por mi mejilla, no, ya no le daré el gusto de verme sufrir, de verme vulnerable, aún tienes poder sobre mi cuerpo, pero jamás lo tendrás sobre mi corazón.