𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗶𝘃𝗲

829 122 14
                                    

Zaun.
Syel.

Por dejarme abrazarte.

Estaba abrazando a una chica que solo e visto dos veces en mi vida.

—¿De nada? — si se notaba desde lejos que no solían abrazar a esta chica seguido.

Me separé de Vi y le sonreí.

—Pensé que ya no te volvería a ver —hablé.

Y era cierto, bueno, después de que escapara de mi, no creí que quisiera volver a verme.

—¿Por qué creerías eso? — Violet se alejo un poco de mi para sentarse en la orilla, cómo cuando nos conocimos.

—Bueno, contando que la última vez huiste de mí, sería algo lógico que no quisieras ver...

—¿Huir? —rosita fresita mostró desconcierto.

—Si, ya sabes, cuándo fui con los guardias tu — otra vez no me dejó terminar.

—Yo no huí, tuve un problema de último momento — rayos, ahora se veía enojada.

—Si, está bien, pero relájate mujer, pareces un toro — mi chiste no le hizo mucha gracias que digamos, pero se calmo.

O eso creó.

Me senté junto a ella, fue cuando me di cuenta de la venda llena de sangre en sus nudillos.

No preguntes.

No preguntes.

—¿Que te paso en la mano? —quise acercar mi mano a la suya pero la movió evitándolo.

Maldita chismosa.

Tuve una problema, no es nada.

—¿Y lo dices así de tranquila?, Mi mamá me hubiera matado —sonreí

—Bueno deberías estar contenta porque le interesa ¿no?.

Maldición otra vez la hice enojar.

Perdón, no quería ofenderte.

Agaché la cabeza arrepentida, si madre estuviera aquí me hubiera reprochado el hablar de más.

—No, no, no estoy enojada.

—Pareces enojada.

—Pero no estoy enojada.

—Pero hiciste una mueca y me viste feo, es obvio que estás enojada —me queje.

—Si sigues diciendo que estoy enojada, ahora sí me voy a enojar.

—Esta bien, cálmate.

Se ve linda cuando frunce el ceño.

Ahora no empieces, necesito estar serena, luego me pondré hormonal y todo lo que quiera.

Sali de mis pensamientos cuando ella volvió a hablar.

—¿Porque llorabás? — a pesar de que no me miraba pude ver preocupación.

Decir o no decir.

Decir.

—Problemas en casa — hice una andeman restándole importancia.

—Con que tranquilidad lo dices — muy bien me la regreso.

—Bueno, no me voy a poner a llorar frente a ti.

Su cara dijo muchas cosas, por ejemplo un "Me ofendes pero no voy a decir nada porque mi ego es más grande".

—Claro — siguió mirando a el horizonte ignorandome olímpicamente.

Mi reloj empezó a sonar indicando mi muerte.

—Oh maldición.

—¿Que sucede?.

—Mi mamá tiene una cena de negocios en casa hoy, se supone que tenía que estar ahí hace 8.8,3 segundos.

—Wow, que precisa.

Tenía el pantalón manchado de lodo y el suéter mojado por mis lágrimas.

Si no me mataba mi mamá, Mel lo iba a hacer, eso lo aseguraba,

—Espera —estaba a punto de levantarme de no ser que su mano tomara mi muslo y lo volviera a poner en el suelo.

Otra vez hablé demasiado.

Dolió un poco pero fue lindo de su parte.

Que tóxica te has vuelto, te estás juntando mucho con tu madre.

Discúlpame pero me van a matar si no voy en este momento.

—¿Dijiste cena de negocios? —oh, si antes no se había dado cuenta de que era una Medarda, pues lo acabo de sacar a relucir. —¿Eres de Piltover?.

—Mhm, si se puede decir que sí.

Que no me odie, que no me odie, te lo suplico fundador que no me odié.

¿Y pensabas decirme?.

Me levanté tan rápido como pude y di unos cuantos pasos atrás.

Solo diste uno.

Cállate.

—Osea, si, pero no.

—¿Disculpa?.

Vi también se levanto solo que está se veía un poco cabreada, ¿Que acaso todo le enojaba?.

—Es que, yo pensé que te darías cuenta por las cositas doradas abajo de los ojos y por lo de la noche anterior.

Es que acaso es ciega, está piel ultra pálida sacaba a relucir todo.

—La noche anterior no me pude quedar, y aparté — oh claro, y ahora tenía vergüenza — solo podía mirar tus ojeras, ¿Es que acaso no duermes?.

—Ósea ¿como?, ¿me estás diciendo ojerosa? —si eso era lo suficiente indignante para mi.

Se acerco un paso hacia mi y me puse nerviosa, muy nerviosa a decir verdad.

—Estamos cambiando el tema —hablo.

—Si eso es cierto.

Nos quedamos en silencio un par de segundos.

—Perdón, es que no sé hacer amigas, y cada que hago una y saben de dónde vengo empiezan a portarse raro.

Y no mentía, solo tenía a Caitlyn, y ella no intentaba colgarse de mi, de mi casa, de mis vestidos, de mi hermana, porque ella tenía y odiaba lo mismo.

—En serio discúlpame, pero ya me tengo que ir — no esperé respuesta, y salte de el techo hacia el otro bajando por el tubo de presión, rogando por no llegar tan tarde.

........

MY ENEMY. -Vi .arcane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora