↬↬↬𝕰𝖝𝖙𝖊𝖗𝖒𝖎𝖓𝖆𝖓𝖉𝖔 𝖆 𝖑𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖊𝖘𝖕𝖊𝖗𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓↫↫↫

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 2 - 𝕻𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖘

Ya había pasado un largo tiempo desde que entraron en ese laberinto, al parecer el sol ya estaba empezando a bajar debido al atardecer que se podía notar aún por encima de esos grandes arbustos.

Tsumugi quién se había ido sola por su lado trataba de pensar como lo haría Shuichi debido a que seguía pensando que algo tenía que ver su hermano en eso, por lo que iba por un buen camino.

➜【 Shuichi siempre mantenía un camino confuso, por lo que el camino correcto debe ser, recto, izquierda, izquierda, derecha tres veces y el resto izquierda . . . 】░﹒💭﹢ Pensó Tsumugi logrando salir del enorme laberinto.

Para su buena suerte los jóvenes Monokuma la felicitaron para después darle lo que parecía ser un medallón con la cara de Monokuma ahí, al parecer se abría dejando ver una especie de mapa que dirigía a las habitaciones.

Poco a poco el resto de estudiantes fue llegando a la meta, al parecer nadie había muerto en el primer juego, además de que no siguieron bien las reglas sobrevivieron todos, que frustración sintió Shuichi al ver eso, lo que provocó que hiciera una rabieta.

A todos se les dió el medallón el cuál adentro traía el mapa virtual y una guía de lo que debían hacer una vez entrarán en la habitación, todo estaba realmente planeado y analizado, aunque Kaito tratará de escapar no podía y sobre todo parecía como si en el juego supieran las habilidades y debilidades de cada uno, pero... ¿Quién podría obtener tanta información en tan poco tiempo de todos ellos? Sonaba alucinante, pero ese juego estaba hecho por alguien que ya había convivido con todos ellos y no estaban ahí por algo del azar, alguien los quería ver sufrir, y eso fue captado inmediatamente por Kokichi, quien se puso nervioso pero no lo dejó ver.

— ¡Ouma-kun! — Llamó Kiibo a Kokichi quién solo lo volteó a ver con desinterés.

— ¿Qué quieres pedazo de chatarra mal hecha? — Contestó Kokichi con una cara llena de molestia.

— ¡¿C-Chatarra mal hecha?! — Kiibo no entendía el porque de la nada Kokichi lo llamaba así, su relación se había deteriorado pero no al extremo de querer insultar se, al menos eso era lo que creía.

El silencio después de eso se hizo realmente incómodo lo cuál solo provocó que Kokichi se fuera ignorando lo que Kiibo tenía que decirle, no importaba como, debía encontrar a la mente maestra, y ya tenía una posible sospechosa.

➜【 Shirogane... ?Acaso tú eres la mente maestra? 】░﹒💭﹢ Pensó Kokichi mientras caminaba a su habitación, no podía sacar conclusiones tan apresuradas, pero de todos modos debía investigar todo eso y acabar con el plan de la mente maestra.

Al pasó en el que iban no solo Kokichi se había dado cuenta de las pistas que dejaba la mente maestra, Rantaro también se empezaba a dar cuenta de ciertas pistas que lo hacían sentir una cierta presión en el pecho, pero aún así debía ignorar eso y concentrarse en ayudar a los otros a salir de ese lugar en donde solo se podía respirar la intensa desesperación de alguien y ese alguien debía ser la mente maestra.

➜【 Esto comienza a ser bastante irritante y confuso... Un paso en falso y todo estaremos muertos. 】░﹒💭﹢ Pensó Rantaro mientras se sentaba en la cama de su dormitorio.

A los pocos segundos los Monokubs llegaron con una bandeja llena con comida, era mucha comida, más de la que de por sí alguien normal podría comer, según Rantaro.

— No tengo hambre. — Dijo Rantaro sonando algo cortante con sus palabras.

En ese momento apareció Monokuma luciendo algo furioso por la respuesta dada por el peliverde.

— ¡Aquí tú, estúpido playboy, no das las órdenes! ¡Así que come! — Dijo Monokuma con algo de burla mientras los Monokubs se reían también.

— No soy un playboy, además ¿Por qué tanto esmero en que coma algo? — Pregunto Rantaro empezando a dudar entre si comer o no.

— Creo que es algo más que obvio, si no comes... ¡¡Mañana no sobreviviras a la actividad!! — Dijo Monokuma con algo de felicidad al mencionar la actividad.

Rantaro decidió acercarse a Monokuma quién al parecer se puso nervioso ante lo que pensaba quería hacer.

— ¿Quién es la mente maestra? Si mis sospechas son ciertas puede que sea alguien que está entre nosotros o alguien que nos conoce desde un buen tiempo como para poder llevar todo esto a cabo, el que nos trajeran acá justamente a nosotros no es cosa del azar. Así que dime Monokuma... ¿Estoy en lo correcto? — Dijo Rantaro poniendo una mirada fría.

— ¡¡Déjame decirte que estás en un completo error!! ¿Como podría haber una mente maestra, ¿Por qué crees eso? — Dijo Monokuma muy confiado.

— Entonces supongo que no tendrás ningún problema en decirme que le pasó a Shuichi Saihara, ¿verdad? — Dijo Rantaro mientras eso de por si no solo puso en aprietos a Monokuma, si no que también al pequeño mente maestra quién se puso a hacer una rabieta.

Pasó un largo minuto antes de que Monokuma estallará de la risa y empezará a decir algunas cosas fuera de contexto.

— Uhuhu~ ¿Hablas de ese muerto? Sí, lo busqué para estos juegos, pero ya estaba más frío que iceberg... — Dijo Monokuma burlándose un poco.

— Entonces... Shuichi sí... — Dijo Rantaro sudando un poco.

— Pero si ya estaba más que claro que él está muerto, todos vieron en las noticias como se había suicidado, es ridículo que siquiera lo preguntes. — Respondió Monokuma como si escupiera veneno de esas palabras tan simples.

La habitación se quedó en silencio hasta que Monokuma se fue en donde Rantaro se acercó a la comida y la empezó a comer esperando de que no tuviera nada que pudiera hacerle daño.

₊⊹˚‧꒦꒷︶꒷꒦ ୨🥀୧ ꒦꒷︶꒦꒷˚ଓ ‧. ⁺₊

Shuichi se sonrojó fuertemente al ver como todos comían, sabía que cocinaba bien pero jamás pensó que a algunos les encantaría tanto como para dejarlos con hambre.

— No se preocupen, pequeños conejitos~ Una vez todo acabé juro que los recordaré en mi profunda desesperación... — Dijo Shuichi mientras el también comía, amaba perder el tiempo haciendo cualquier tontería.

Una vez acabó de comer vio como todos ya habían terminado de limpiarse y ya estaban dormidos, bueno, algunos aún se mantenían despiertos como Kokichi tratando de unir ideas y de llegar a un punto en el que pudieran derrotar a la mente maestra.

A Shuichi no le importaba sinceramente si lo derrotaban o no, incluso esperaba eso con mucho anhelo, quería sentir la máxima desesperación de ser derrotado por completo y de que todos sus avances en expandir la desesperación fueran completamente destrozados, así es, quería ser destrozado por completo, quería que lo rompieran y lo dejarán rogando.

— Mmm... Que aburrido. — Dijo mientras terminaba de acomodarse la ropa y sus ojos se ponían de ese hermoso tono amarillo grisáceo.

Aquél chico lo vio mientras Shuichi apartaba la vista de las cámaras y se dirigía a ver una foto de dos niños, eran gemelos, eran exactamente igual, incluso la heterocromia en sus ojos y la sonrisa.

— Gracias... Ya extrañaba vivir esto...