Es un simple juego (Angry Boyfriend Playtime Scream) (Fanfic)

#3

No respires

Y/N estaba respirando de forma jadeante, había alejado a aquel sujeto con mucha dificultad, pero lo había hecho.

El más alto se encontraba herido, aunque no tanto como el contrario, ambos se veían desafiantes.

_ Bien, si no puedo jugar contigo, cariño, entonces te quedarás sin cena esta noche

_ Pudrete

_ Veamos si cambias de actitud mañana

El más alto salio de aquella jaula para luego salir de la habitación. Y/N normalizó su respiración y volvió a observar las tablas del piso.

Pronto se percató que debajo de la cama, algunas tablas se veían diferentes, alejó la cama con cuidado de no hacer ruido y definitivamente esas tablas se veían muy distintas.

Con el pie las pisó tan fuerte haciendo que las tablas se quebraran, al parecer ya se estaban pudriendo, esto hizo que no se lastimara el pie y poder escapar por aquel agujero.

_ Bien, operación escapar, en marcha

Y/N se encontró con algunas vigas que dedujo que eran las que sostenían el piso de arriba de donde se encontraba antes, encontró algunas que estaban flojas, las pateó con fuerza provocando que se partieran y poder seguir su camino.

Subió las escaleras para llegar a la puerta de la habitación, al llegar a la puerta de madera antigua, soltó un pequeño quejido al ver que esta se encontraba bajo llave.

_ Siempre hay una llave de más, siempre existe una

Y/N comenzó a husmear la habitación con algo de nerviosismo, tocaba todo lo que había en el hasta que se percató que el cuadro más grande de la habitación, se veía un poco extraño.

El cuadro tenía el retrato de un pato o más bien de un ganso, este era tan grande que llegaba hasta el techo. Y/N observó que el cuadro tenía un pequeño espacio que solo podía caber uno o dos dedos, con fuerza, arrastró el cuadro y su corazón comenzó a palpitar del miedo ya que el cuadro había hecho un ruido fuerte que posiblemente avisaría a su captor.

_ Si las películas de horror me enseñaron algo, esque si eres la víctima, te debes apresurar, ser más inteligente, aunque no lo seas diariamente.

Al terminar de arrastrarlo lo suficiente, como para poder caber en aquel agujero en la pared, se sorprendió encontrarse con un baúl antiguo, se acercó al baúl y al abrirlo encontró en su interior una llave.

Con esperanzas surgiendo en su pecho, se acercó nuevamente a la puerta y por fortuna, esta se abrió.

En el piso de abajo, exactamente en la cocina, el extraño hombre calvo había escuchado unos sonidos peculiares del piso de arriba, la gran casa se encontraba en silencio, de modo que el sonido del cuadro arrastrándose le llamó la atención, sobre su rostro, se dibujo una sonrisa perversa, y dejó las verduras cortadas sobre la tabla de cocina, limpio su cuchillo.

_ No tengo intenciones de matarte, cariño_ murmuró para sí_ pero si debes aprender una lección.

...

Y/N abría y cerraba las puertas con cuidado, tenía miedo de encontrarse con su captor, este juego del gato y el ratón no le agradaba mucho.

_ Mí teléfono_ recordó_ ese maldito debe tener mí teléfono, espero no lo haya destruido

Pronto escuchó unos pasos y Y/N se metió dentro de un armario, la cerró rápido y con cuidado con el fin de no hacer ruido, por entre las rendijas observó la figura amenazante de su captor y también notó que entre sus manos llevaba un cuchillo.

Ahogó un grito tapando su boca con sus manos, se quedó inmóvil con la esperanza de que sus movimientos no delataran su ubicación.

La figura alta pasó cerca del armario del que Y/N estaba refugiándose, aguanto la respiración mientras observaba casi temblando, como su captor se alejaba.

Y/N al ver que aquel hombre ya no se encontraba cerca, con cuidado salió del armario y desde a lo lejos se escuchaba la voz de su captor llamando su nombre.

_ ¡Y/N! ¡¿Donde estás?! ¡Solo quiero hablar contigo! ¡¡Y/N!!

Y/N se alejó de aquel pasillo y al doblar por uno bastante largo llegó a una sala que pudo observar que había unas puertas, algunas estaban cerradas con un seguro automático y también se encontró con otros armarios.

_ No puedo esconderme siempre en ellas, en algún momento abrirá algunas y quién sabe que me haría