O2

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El castaño miraba el alrededor hasta encontrar un lugar al cual entró notando como alguien a quien conocía trabajaba ahí.

— ¿Hm? Oh, Natsuhiko, ¿que pasa? —

— Necesito agua caliente —

—... ¿Sólo agua caliente? —

Este ascendió frenéticamente a lo que la chica que le atendía se quedó algo pensativa sobre si hacerlo o no, aunque al final acabó suspirando aceptando a ello, después de todo no es la primera vez que le pide algo tan extraño.

Lleno un termo con agua caliente y así se lo dio, parece que lo acababa de comprar pues hasta la etiqueta traía.

— Aquí está —

— Gracias, toma, te lo pago —

El oji plata dejó el dinero y se marcho yendo de nuevo a donde se encontraba esa chica de ojos indigo claramente, no pensaba dejarla sola tanto tiempo.

— Volví —

Sonrió aunque al poco tiempo disminuyó al no ver a nadie a su alrededor lo que le hizo confundirse un poco hasta que acabó suspirando con decepción.

Aoi por su parte escucho tales palabras a lo que dejó de estar en uno de los rosales y se acerco a donde estaba el mayor quien estaba tomando sus cosas lo cual le confundió.

— ¿Hyuuga-senpai? —

Tocó su hombro notando como él le miró de inmediato lo que le adusto un poco realmente aunque al final acabó relajándose al ver que él le dijo que tomará asiento.

Se sentó y miro a este chico quien tenía un termo en sus manos, no entendía de donde lo había sacado, pero, no diría nada con respecto a ello.

—Que bien que estas aquí, pensé que te habías ido por hacerte esperar demasiado —

— No, esta bien, tan sólo estaba viendo los rosales, nada en especial —

Comento con tranquilidad mientras sólo le miraba a lo que observo como este abrió tal termo y con ello también un humo salía de este.

— Es... ¿Es agua caliente...? —

— Si, la conseguí gracias a un amigo, así que podemos comer —

La de cabello púrpura se quedó observando como este preparaba la sopa y con ello el café. Luego de algún tiempo miro que él le extendía comida la cual acepto ya que, realmente tiene hambre, sin mencionar que no le gusta ser grosera

— Gracias... Por la comida —

El mayor sonrió y con ello empezó a comer notando como ella también lo hizo, sin embargo, estaba comiendo algo rápido, eso le sorprendió de cierto modo, pero, no dijo nada al respecto.

— Aoi-san... —

— ¿Que ocurre? —

El otro se lo pensó un poco hasta que decidió hablar.

— No... ¿No estás cansada de esta vida? Me refiero, depender de tu popularidad y ser.... Perfecto —

La fémina se quedó callada hasta que acabó bajando el tenedor de plástico. Ascendió con sutileza, ya que, no le gusta ser así, deseaba pasar desapercibida como Nene, quien tenía buen humor y no era perseguida por chicos, hasta ella ha dicho que de seguro es genial que sea popular y todo eso, pero, más bien es una tortura que de a poco le va matando.

— Comprendo... Pero, creo que puedo apoyarte con eso. A mi también me pasan cosas así, pero, logro librarme, pero... En tu caso... Creo que es peor —

El pensar en eso le hacía saber que habían varias personas que podían pasarse con ella y esa idea no le gustaba para nada.

Es muy amable con las personas, hasta con Tsukasa, quien es un ser insoportable que no le deja de molestar o bien llamarle idiota a cada momento que se le daba la gana sin siquiera haber hecho nada.

No hubo más palabras, quizá la chica prefería ser reservada a ese tema, lo cual comprendía, así que siguieron comiendo con tranquilidad ya que esto es mejor para pasar el momento.

La chica pensaba en que el aceptar su ayuda no era buena idea, luego esto puede terminar en un rumor nuevo y no quería que los acosos fueran peores o bien Akane acabe haciendo alguna de sus tonterías, ya que lo conoce muy bien.

El tiempo pasaba y todo era con tranquilidad, era bueno estar así, con alguien que no era tan extraño como el presidente Minamoto, él... Si era demasiado raro a su gusto.

Al acabar con la comida se levantó y con ello fue a tirar la basura al cesto ya que no le gustaba dejar sucio, no es lo suyo.

— Aoi-san, desearía acompañarte a casa, es tarde —

Esta de inmediato negó. No le gusta ser acompañada, no si es un hombre.

— Estoy bien, lo haré sola. —

El de ojos grisaseos y se levantó suspirando con levedad, parece que tiene mucha desconfianza. Tiro su basura y con ello le extendió un papel a la menor, quien parecía confundida.

— Quisiera que podamos hablar más al menos, sería algo bueno, ¿no lo crees? —

—... Quizá... —

Ella tomó el papel y luego de ello... Ambos se despidieron yéndose por caminos separados. Fue lindo convivir juntos, pero, Natsuhiko estaba preocupado por aquella chica, espera y confíe más

ʀᴀɴᴀs [ᴀᴏɪʜɪᴋᴏ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora