24- Axel.

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Axel Sallow.

Levanto las pesas en el gimnasio, trato de concentrarme, trato entender como lograremos estar en paz si no nos deshacemos de la señora y su esposo. Necesito que el chofer me ayude, en verdad lo necesito porque si no me ayuda es casi imposible tenerlos a los dos juntos.

Suelto las pesas y me subo en la caminadora, mi pulso comienza a aumentar, no comprendo cómo es que termine en este problema arriesgando a todos lo que amo, es como si hubiera un vacío en los años, un lapso donde todo empeoro y lo hizo exponencialmente, dejo de sentirse bien lo que hacía, ni siquiera se siente justificable todo lo que sucedió. Se todo lo que he hecho mal, se dónde está el problema, pero antes no era así y creo que siempre estaré extrañando tiempos que desaparecieron hace mucho.

Me bajo de la caminadora y camino hasta el baño, tomo gran cantidad de agua en mis manos y la esparzo por mi rostro, siento que no respiro, siento que todo me agobia, siento que todo me asfixia.

Desde tanto tiempo se siente mal pero justo ahora me doy cuenta, no puede ser posible que desde años haya están en lo mismo.

Salgo del gimnasio y corro por la ciudad, corro sintiendo que todo me agobia tanto que no se si puedo seguir con todo, prometiéndole a Blass que estará bien, prometiendo a la Jason que no saldrá herido, tratando de creerme que nadie saldrá mal en toda esta situación.

Me paro un momento, mi respiración está demasiado agitada, miro a mi alrededor, estoy a unos dos kilómetros de donde vivo, no sé cómo llegue tan rápido ni como llegue sin darme cuenta.

Miro mi teléfono y lo descarto de inmediato, April no debe lidiar con mis problemas, es solo una chica, no la pondré en esa situación, no quiero que todo esto la consuma, ella es hermosa y un corazón muy bueno.

Me levanto del césped y camino de regreso a casa, es muy tarde, tal vez las siete u ocho de la noche, hoy no tenemos que ir a trabajar, hubo una gran pelea en el club, parecía como si dos bandas de cinco personas cada una se enfrentara entre sí, habían botellas volando por todos lados, las mesas rotas, he incluso la estantería en la que se colocan todos los tipos de tragos y alcohol termino rota, algunos de los hombre terminaron hospitalizados, los que no están en la cárcel, Adriano puso una demanda contra ellos por dañar su local. Estos se negaron a pagar daños así que Adriano tuvo que cubrir los gastos. Está cerrado hace dos días y se supone que no abrirá hasta el viernes de la semana entrante.

Miro la fachada de mi casa al regresar, tal vez mudarse de continente sea lo mejor, pero entonces no tendríamos nada, al menos ahora tenemos un hogar y personas que apreciar, pero si decido que tenemos que irnos no tendremos nada ni a nadie.

Entro en la casa, Blass y Jason cenan mientras ven caricaturas.

Me dirijo hasta mi habitación para poder tomar un ducha. Al entrar el agua caricia mi piel, así que permanezco debajo del agua por tiempo indefinido, intento que el agua se lleve mis problemas pero no lo consigo. Paso las manos por mi cuerpo pero la verdad es que me da asco todo lo que he hecho con este, queriendo detenerme pero no puedo, no puedo hacerlo y menos tan cerca de lograr dejar de ser usado como un objeto.

Salgo del baño y me coloco un pantalón deportivo únicamente.

Mi miro el reflejo en el espejo y espero que la próxima vez que me vea en el no produzca esta sensación que tengo justo ahora, no suelo mirarme en los espejos y en el gimnasio es casi imposible no hacerlo, desde hace tiempo no me agrada la persona que veo al reflejarme. Hace mucho tiempo.

Salgo de la habitación y veo a Blass dirigirse a su habitación, me acerco él y le doy un abrazo y un beso en la frente.

—Te amo, pequeño, descansa.

Por Él ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora