02- Axel.

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Axel Sallow

Voy saliendo luego de una larga noche de trabajo, odio mi empleo, gano poco pero es lo único que tengo, aunque no me guste lo necesito, mi hermano Blass depende mí.

Voy caminando a la farmacia ya que no puedo darme el lujo de gastar dinero en un taxi.

Camino durante treinta minutos es agotador, pero necesario, entro en la farmacia y la chica detrás del cristal, Meredith, me recibe con una gran sonrisa.

Ella está acostumbrada a verme, ya que vengo a la farmacia dos veces por semana, lo he hecho durante años.

—¿Te doy lo de siempre?— pregunta Meredith.

Yo asiento, la miro cuando va a buscar las pastillas, está tarreando la letra de una canción, no sé cómo siempre puede estar tan alegre.

—¿Cómo sigue Blass? — pregunta ahora con una cara de preocupación.

—Está bien, a veces le duele, a veces no, pero siempre alegre— al decir eso ella suelta una carcajada.

El día que ella conoció a Blass acabábamos de llegar del hospital, los doctores dijeres que su Cáncer seguía igual por lo cual iban a tener que ser más agresivos y duplicar la quimioterapia y la radiación, él estaba muy triste al igual que yo pero debía mantenerme fuerte para él, de camino a la farmacia empecé a jugar con él para ver si se le levantaba el ánimo, al final termine cayéndome y el riéndose de mí, cuando llegamos a la farmacia el no paraba de reír por lo cual Meredith lo apodo "Alegrin", desde ahí se formó una gran amistad entre ellos.

Tomé los medicamentos y salí de la farmacia, había mucho ruido en la calle ya que era el horario normal en el que se va a trabajar.

El camino a casa era largo así que traté de caminar lo más rápido que pude.

Iba tan perdido en mis pensamientos que no me percate que alguien venia sino hasta que choque con el cuerpo, los medicamentos salieron volando y tuve que recogerlos antes de que cruzara un auto y los aplastara.

—Deberías fijarte por donde caminas, estúpida— exprese muy molesto.

—Tu deberías fijarte por donde caminas, animal— grito furiosa.

—Sabes que, no tengo tiempo para perderlo con una niña insolente como tu— dije eso y me marché.

No puedo creer que las chicas más bellas con las que cruzo son unas desquiciadas y maleducadas.

Esta chica es muy hermosa, tenía el pelo rizo rubio, ojos color azules claros como el cielo, tenía buen cuerpo, pero que la hace diferente a las otras, absolutamente nada, ojalá no me la vuelva a cruzar solo me amargaría el día más de lo que está.

Llegue a la casa que comparto con mi mejor amigo y mi hermano, todo estaba muy silencioso, al ir a las habitaciones estaban durmiendo, me dirigí a mi habitación y tome una siesta, tengo varios días sin poder dormir bien.

***

Me levanté a las una de la tarde con un dolor insoportable de cabeza, como ya es de costumbre, fui al baño a tomar una ducha, el agua fría relajaba mi cuerpo, he estado trabajando muchas horas extras esta semana para cubrir todos los gastos.

Al salir del baño me puse mi pantalón deportivo y un poloche blanco sencillo.

Baje las escaleras para almorzar ya que la hora del desayuno paso, en la sala estaba Jasón y Blass mirando la televisión, estoy muy agradecido de tener Jasón de mejor amigo sin él no pudiéramos vivir en este lugar.

Estoy detrás de ellos cuando Jasón se percata de mi presencia, me hace una seña para que valla a la cocina.

—¿Cómo te fue anoche? — pregunta Jasón al ver lo horrible que me veo.

Tengo unas ojeras horribles, ya no estoy yendo al gimnasio, estoy más delgado, me estoy destruyendo pero todo vale la pena por ver a mi hermano cada día con la esperanza de que pueda mejorar.

—Horrible, ya las mujeres me tienen un poco de asco cuando bailo, no estoy generando la misma cantidad de dinero que antes y sé que es posible que me despidan— digo como si no fuera nada, pero la verdad es que todo está por derrumbarse.

—Lo sé, te ves horripilante, se supone que somos strippers deberíamos ser sexys no como lo que sea que eres tú— dice mirándome de manera rara.

—Gracias hermano.

—¿Qué te dijo el doctor de Blass? — hace la pregunta, sabía que era por eso me había llamado, esta tan preocupado como yo, conoce a mi hermano desde que nació y vinimos juntos hace años, a él no le puedo mentir es como mi hermano.

—No está mejorando, todo sigue normal, ni avanza ni retrocede, por lo cual el doctor va a volver a duplicar la quimio— digo tratando de sonar firme.

—Él va a mejorar te lo aseguro— dice tratando de darme aliento.

—Siento que en parte es mi culpa él es mi responsabilidad y tiene dos secciones de quimio atrasadas, no lo puedo dejar que siga faltando, voy a recurrir a ella, puede ayudarnos— digo ya un poco alterado y desesperado.

—No puedes ir con ella su esposo te va a matar, sabes que es verdad, es muy peligroso puede hacer que te despidan— Jasón tiene razón pero que otra opción tengo.

—No tengo más opciones.

—Yo tengo una idea— expresa con una sonrisa. —Primero tienes que ir a la peluquería y tenemos que ir al gimnasio, también necesitamos a los chicos para que nos ayuden, puede que si sale bien tengas el dinero para varias secciones de quimio.

No sé qué loca idea le está pasando por la cabeza pero sé que voy a hacer todo lo posible para que funcione.

Salimos para la peluquería, Jasón tenía razón me veo peor de lo que ya sabía, tengo una horrible barba de un par de semanas nada cuidada, no tenía cerquillo, era la reencarnación de la palabra horrible, por ahora, espero que luego las chicas regresen las necesito de verdad.

Al llegar a la peluquería decido hacerme un corte moderno, dejarme todo arriba y nada más quitarme el de los lados.

Luego de la peluquería nos dirigimos al gimnasio, entrenamos sin parar durante horas me sentía increíble hace mucho no sentía la energía fluir por mi cuerpo así, era increíble.

Amo ir al gimnasio, me mantiene en forma para el trabajo, necesito estar en forma, sé que lo había descuidado pero lo necesito.

Al terminar de entrenar Jasón llamo a los demás chicos para que nos reuniéramos en nuestro apartamento para decirnos su idea.

***

Llegamos a casa, fui el primero en tomar una ducha, fui hasta donde Blass para saber cómo estaba.

—¿Cómo te has sentido hoy, campeón? — pregunte con una sonrisa.

—Me he sentido muy bien, me tome las pastillas y creo que todo va bien— dice con una radiante sonrisa en la cara.

Esa hermosa sonrisa genuina llena de amor y compresión es lo que me motiva a ser mejor cada día a esforzarme por salir adelante.

—¿Cómo te fue con el doctor? —pregunta emocionado.

Esta parte siempre es la parte el corazón, tener que mentirle, decir que todo está bien cuando no es así, pero debo hacerlo.

—El doctor dijo que estas mejor, pero hay que duplicar la quimio para más resultados— dije mirándolo fijamente.

Luego hizo algo que me tomo por sorpresa por unos segundos, me abrazo y me sonrió, está feliz, sé que está mal que le mienta pero no puedo verlo sufrir y escucharlo decir que no hay esperanza y que va a morir, cuando dice eso siento que desmorono él es mi vida, es lo único que me queda.

Nota del autor.

Primero que nada, Gracias por la oportunidad.

Esta historia es una mis favoritas y espero que de ustedes también, aquí quise mostrarles algo diferente.

Espero no decepcionarlos.

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