Huidas pecaminosas
La harmoniosa chica cree que ha llegado a la locación acordada, puesto que «La Sonrisa del Pirata» es un nombre muy curioso, más si se trata de un bar en una ciudad. Así es que Delia piensa que Mike es un hombre bastante atractivo, tal vez que se ve como alguien agradable también. Eso era en grandes bases por la curiosa forma que su rostro poseía. A ella le atraían
—Mike, estoy acá, pero no te veo. —Al otro lado del teléfono se escucha una cantidad inmensa de personas hablando; Delia acabó esforzando sus oídos para poder entender las palabras.
—¿Acaso no ves a un tipo «extremadamente atractivo» con una camiseta azul de cuadros al lado de la barra? —dice él en tono arrogante. El de apariencia aliñada pensaba de sí mismo con gran afán, ya que mantenía su imagen propia en un lugar alto.
—¿Podrías ser más específico? Hay como cinco tipos con esa descripción y no te he mirado lo suficiente como para reconocerte a lo lejos —dice ella, luego, entrecierra los ojos con el objetivo de un mejor enfoque.
—Ve a los baños que están a la izquierda de la entrada, te encuentro allí.
Camina unos cuantos pasos y se coloca frente a los dichos baños. Los azulejos del suelo son negros con azul profundo, las extensas paredes de todo el lugar tienen carteles adheridos de diversas bandas, la pista principal es muy grande; aunque no se observen tantas personas en ella. A razón de que la mayoría se encuentra en las mesas tratando de ligar un poco, e incluso disfrutar el bullicioso ambiente.
Enseguida ve a Mike caminar de prisa hacia ella, tiene una bella sonrisa abierta y arrebatadora, junto a la camisa azul que mencionó. Aquella hace resaltar sus brazos y su pecho, por lo que clava la vista allí de inmediato. Por tal, es inevitable para sus ojos escapar de la belleza que inunda al joven.
—Hola, —dice Mike, a la vez que se acerca a darme un pequeño beso en la mejilla derecha—, luces hermosa.
«Ese a veces es el asunto, no sé mucho sobre responder cumplidos», reflexiona la chica. Ese es uno de sus problemas más constantes, el hecho de que ante las palabras que los demás ofrecían, Delia se congela por completo. Sentía correr por su apretado pecho lo helado de las sílabas deslizantes en aquella boca del chico. Podía ser un reflejo de su vida o una actitud aprendida de nunca haber tenido cumplidos. «¿Qué se debe decir? Necesito un tutorial de responder cumplidos».
—Tú cumples con lo de atractivo. —«Una basura de respuesta. No sé qué debe estar pensando de mí», se reclama a sí misma. Aun así, Mike ni notó la frase que tanto había calado en la chica.
—Déjame, te invito a un trago. —Ambos se acercan a la barra, Delia se halla observándolo más a detalle de espaldas, donde sus músculos se notan por la parte trasera también.
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Elecciones
Novela JuvenilEsta es la historia de Delia, Anne y Soledad. Tres mujeres con difíciles decisiones por venir. Cada una con problemas y obstáculos distintos que las llevaran a caminos que nunca habían pensado que cruzarían. Delia es una mujer que huye de los hombr...