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Llegaron a un complejo de apartamentos, Chifuyu y Kazutora entraron al ascensor y esperaron a que abriera en el piso catorce, Kazutora no tenía idea de que hacía en casa de Chifuyu pero lo mejor era tener la boca cerrada. Tampoco tenía ningún plan así que se dejó llevar por su amigo. 

El departamento era pequeño pero no podía negar que Chifuyu tenía sus lujos, Kazutora se preguntaba que estuvo haciendo todos estos años para tener una casa así, además del carro, la ropa que traía puesta y lo mas importante era el dinero para comprar un local. El esperaba que Chifuyu no estuviera metido con gente de mala muerte. 

—Bienvenido, Kazutora —le dijo con una sonrisa— Siendo sincero quería esperar unos días a que salieras de la cárcel para hacerte mi propuesta pero me emocioné y no pude.

—No te preocupes —contestó— No esperaba nada de esto. Yo... todos estos años estuve seguro de que me odiaban. Sobre todo tu. 

—Pasé mucho tiempo guardándote rencor —Chifuyu suspiró— Pero un día entendí que tu solo fuiste manipulado por Kisaki. No quisiste nada de lo que pasó ese día.

—Sí, en ese momento me sentí al borde —No quería recordar ese lapso de su vida, su psicóloga lo había ayudado a superarlo— Era un adolescente inestable, culpaba a los demás de mi desgracia. Ya no quiero ser así. 

La muerte de Baji fue el golpe que Kazutora necesitaba para darse cuenta de quien realmente tenía la culpa de que su vida fuera una mierda, la había cagado. A pesar de eso Chifuyu no le sacó mas el tema, se alegró internamente de que fuera así. 

Al pasar la tarde con Chifuyu sintió que sus energías fueron renovadas, el seguía siendo el mismo chico alegre, listo y activo. Hablaron de muchas cosas, Chifuyu le contó sobre la vida de sus amigos; Draken ahora tenía una tienda de motocicletas junto a Mikey, Takemichi y un chico que no conocía llamado Inui, los gemelos Kawata eran dueños de un restaurante, Mitsuya y Hakkai trabajaban juntos como diseñador y modelo, además de eso, habían rumores de que eran pareja pero ellos no confirmaron nada hasta ahora y Peh trabaja junto a Pah en la empresa inmobiliaria que éste había heredado.

Kazutora se alegraba de que todos sus antiguos amigos se alejaron de las pandillas, era mas sano así. Todos habían crecido, ahora son adultos. 

—¿Tu que has estado haciendo Chifuyu? —preguntó, la verdad llevaba toda la tarde hablando de los demás pero no había dicho ni una palabra sobre el. 

—Estuve muchos años tratando de no pensar en Baji-san, pero el siempre venía de nuevo a mi mente. Una y otra vez, se aparecía en mis sueños y siempre me levantaba asustado, empecé a dejar de comer, no dormía temiendo soñar de nuevo con el, mi mamá se preocupó mucho por mi y me llevó a un psicólogo. El fue bastante bueno conmigo, me ayudó a seguir adelante. Comencé a estudiar para lograr mi sueño de ser piloto, hace 3 años me gradué y trabajé muy duro para tener todo lo que tengo hoy.

Kazutora se sorprendió, siempre creyó que Chifuyu era una persona muy fuerte, se alegraba mucho por el, que todo estos lujos que se permitía no eran resultados de tratos con malas personas, pero no entendía porque el quería ahora abrir una tienda de mascotas si le iba bien como piloto. Esta vez se lo preguntó, no le importó sonar imprudente. 

—Hace unos meses comencé a tener sueños de nuevo con Baji-san, el se veía triste —contestó y a su mirada se le fue el brillo que hace un rato tenía— Después de eso no podía trabajar en paz, comencé a tener ataques de pánico cada vez que subía a un avión. Decidí retirarme por un tiempo para hacer algo mas tranquilo. Me enteré que saldrías de la cárcel pronto así que pensé que sería adecuado que estuvieras a mi lado ayudándome. 

Muchas cosas rondaban en su cabeza, toda la información que le estaba dando Chifuyu en este momento resonaban en su mente una y otra vez. Su amigo vio la cara de confusión que no podía disimular ni aunque quisiera, frunció el ceño.

—¿Qué pasa, Tora? —le preguntó— ¿No te agrada la idea?

—Claro que sí —intentó sonreír pero solo logro una mueca torcida.

—Excelente, la tienda estará abierta en una semana aproximadamente. Comenzará como algo pequeño pero estoy seguro de que será exitosa.

Así lo creía Kazutora, Chifuyu siempre lograba lo que quería.

—Te agradezco mucho la oportunidad, Fuyu —esta vez una sonrisa genuina se formó en su rostro— No te voy a decepcionar.

—No creas que volví a buscarte para probarte —Chifuyu se puso serio, negó con la cabeza— Esto es solo el deseo de Baji-san.

Kazutora asintió y dio por concluido el tema. No quería hablar más de cosas relacionadas a Keisuke, sentía un nudo en su estómago cada vez que su nombre era mencionado.

Cuando ya se estaba haciendo de noche decidió que era hora de irse, no tenía ganas de ir a su "casa" pero tampoco había otro lugar a donde ir. Aguantar la mirada de desagrado de su madre era mejor que dormir en las calles.

—Yo estaba pensando... en que sería bueno que te mudaras aquí conmigo —le dijo Chifuyu— Tengo una habitación disponible y mientras empezamos con la tienda no te cobraré hasta que tengas la capacidad económica.

Ahí estaban otra vez sus ganas de llorar, ¿que era toda esa amabilidad de Chifuyu? El siempre había sido una persona generosa con sus amigos pero esto era muy inusual. Kazutora quería pensar que Chifuyu lo hacía por el recuerdo de Baji pero su sexto sentido le indicaba que había algo más.

"No seas tonto, él solo quiere ayudarte" se dijo a si mismo. Así que aceptó, trabajar y mudarse con Chifuyu era un buen comienzo para su vida. Ahora solo tenía que hablar con su madre, aunque esta no quisiera verlo, pero sentía que era algo que necesitaba. Sólo deseaba cerrar este tema de una vez por todas y por fin ser libre de todo el peso que tenía en los hombros desde hace doce años.

doppel [ kazufuyu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora