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Kazutora se había mudado permanentemente al departamento de Chifuyu, la tienda de mascotas se abrió hace un mes y todo iba bien. Incluso varios de sus amigos pasaron a visitarlos, al principio se sintió avergonzado de mirarlos a la cara pero todos ellos le sonrieron como si nada hubiera pasado.

El más atento era Chifuyu, estaba pendiente de que siempre se sintiera cómodo y le sonreía todo el día. Pero Kazutora sabía que era solo una fachada, a veces lo conseguía mirando la pared vacía, en las noches escuchaba los gimoteos de Chifuyu llamando a Baji, el quería ayudar a su amigo pero no sabía que hacer.

Tampoco sabía cómo abordar el tema con Chifuyu, cualquier cosa que involucrara a Keisuke Baji era una tortura para el. Quería ayudarlo pero aún no sabía como hacerlo, esperaba pronto tener la solución.

-Hoy estuvimos hasta el tope -Chifuyu estaba poniendo los candados en la puerta para cerrar el local.

Kazutora asintió, no tenía ganas de abrir la boca porque todo su cuerpo moría de agotamiento. Se habían despertado temprano y ya entrada la noche pudieron cerrar. No le importaba quedar muy cansado, le gustaban mucho los animales que llegaban a la tienda junto a sus dueños. Quizá en otra vida fue veterinario.

Los dos montaron al auto de Chifuyu y se dirigieron a casa, Kazutora apoyó la cabeza en el vidrio y sintió poco a poco que sus ojos se cerraban.

Al abrir los ojos estaba en su habitación, se relajó hasta que vio a Chifuyu mirándolo fijamente desde el otro lado de la habitación, los ojos le brillaban y estaba quieto. Casi dio un brinco.

-Carajo, Chifuyu -lo miró molesto- ¿Qué haces aquí?

Más bien la pregunta realmente era ¿Cómo llegó ahí?

-Te quedaste dormido en el carro y tuve que cargarte hasta aquí. Estabas muy cansado porque no te despertaste a pesar de que te llame varias veces.

-Discúlpame -se frotó los ojos- Espero no pesar demasiado.

Kazutora observó a su amigo, no se veía para nada débil, se notaba que Chifuyu hacia ejercicio de vez en cuando, debía tener un cuerpo firme debajo de la ropa. De inmediato borró ese pensamiento de su cabeza, el no era gay.

-Eres liviano como una pluma -Chifuyu lo miró de arriba a abajo, le inquietaba un poco como lo observó, casi como si quisiera comérselo.

Después de acordar cosas pendientes para mañana decidieron ir a dormir, mañana era viernes y por fin podría descansar el fin de semana. Tenia dos ideas en la cabeza: pasar un fin de semana tranquilo o ir a visitar a su madre. Mejor escogería la primera.

Y si, la señora Hanemiya sabía que Kazutora estaba libre pero simplemente no quería verlo. Para ella, el era una escoria para la sociedad, un bueno para nada. El no se estaba inventando estas palabras, ella misma se las había dicho al teléfono cuando el se atrevió a contactarla para contarle que por fin había salido de la cárcel.

En algun momento Kazutora haría las paces con su madre, pero por ahora solo tenía a Chifuyu, el cual estaba visiblemente perturbado.

Al día siguiente cuando estaba arreglandose para ir al trabajo observó su figura en el espejo, sentía que su cuerpo no había cambiado en absoluto, su cara y su cabello si, ya no llevaba mechas amarillas, solo negro, tampoco traía puesto su pendiente y se cubría el tatuaje del cuello. Todo esto solo le traía malos recuerdos.

-Creo que necesito un corte de pelo -se dijo a sí mismo suspirando.

-Yo pienso que se te ve lindo -Chifuyu apareció de repente haciendo que Kazutora diera un respingo- Deberías considerar dejarlo crecer, desde hace tiempo lo llevas corto.

-Joder Chifuyu -contestó Kazutora recuperándose del susto- Deja de aparecer de repente. Creo que podría tener un paro cardíaco en cualquier momento por tu culpa.

Chifuyu solo rió, y lo alentó a que terminara de arreglarse para comenzar su jornada laboral. La mañana transcurrió normalmente con mucha gente entrando y saliendo de la tienda, la única hora que tenían libre era la del almuerzo, donde por fin podrían descansar de los clientes y sus exigencias.

-¿Qué te parece si hoy vemos una película al llegar a la casa? -comentó Chifuyu.

-Me gusta la idea, además nunca hacemos algo diferente.

-Ya no tenemos 15 años -Chifuyu lo miró divertido- A veces no tengo energía para nada más que llegar a cenar y dormir.

-"Tratar de dormir" -Usó sus dedos para simular unas comillas.

-Te diste cuenta...

-Sí... -Kazutora hundió su cara en sus manos- Fuyu, nunca me cansaré de pedir perdón por causarte este dolor.

-Hey, ya pasó...

-Tu lo amabas.

-S-sí -La voz de Chifuyu se quebró- Y creo que lo amaré toda la vida, estoy tan jodido por algo que nunca llegó a darse. Baji-san nunca me dijo directamente que me amaba pero si tenía detalles conmigo y me lo demostraba. Él era así.

Kazutora estuvo de acuerdo, Baji Keisuke nunca fue un hombre amoroso de palabras, él demostraba su cariño a través de acciones.

En ese momento entró un cliente y no pudieron continuar el tema de conversación, era una lástima porque era la primera vez que Chifuyu le confirmaba que entre Baji y el había algo en ese entonces. Eso lo hizo odiarse aun más.

Al llegar esa noche a casa decidieron poner una película de suspenso, el género favorito de los dos, hicieron palomitas y se recostaron en el sofá.

-Ya ves, te dije que el era el culpable -Chifuyu señalaba al actor que estaba en el televisor.

-No es justo, apuesto a que ya la habías visto. Nadie esperaba que fuera el.

-Eso es porque no te das cuenta de los pequeños detalles -puso los ojos en blanco- Desde el principio de la película se ven indicios de que ese hombre mató a la vecina.

-Cómo sea, me iré a dormir, no puedo aguantar un segundo más. Buenas noches Chifuyu.

-Que descanses, Tora.

Una vez tocó la almohada se quedó dormido pero en medio de la noche unos gemidos de angustia, ya conocidos, lo despertaron. Ya no podía soportarlo más así que se dirigió a la habitación de Chifuyu a tratar de calmarlo.

Abrió la puerta suavemente y su amigo se estaba agitando, su cuerpo temblando, su cabello sudado sobre la cara, su rostro apretandose como si estuviera sufriendo mucho.

-Baji-san, por favor no me dejes de nuevo

Kazutora no sabía si despertarlo, puede que sea peor.

-No pude... no pude protegerlo -las lágrimas brotaban de los ojos de Chifuyu- Por favor n-no mueras...

-Fuyu, despierta -lo agitó suavemente- Estás soñando.

-Baji-san...

-Chifuyu -le dio una palmada suave en la cara, esto lo hizo reaccionar y abrió sus ojos claros violentamente. Su respiración estaba agitada y su corazón a mil. Sentía que iba a reventar.

-Tora... -lo miró como un perrito abandonado- Por favor duerme conmigo...

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hola ! gracias a todxs lxs q están leyendo mi historia, me emociona mucho que voten y me sigan <3

les ha gustado? estoy abierta a cualquier recomendación que quieran hacerme

('ω`)

doppel [ kazufuyu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora