Urantia World - Capítulo 1

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3 de diciembre del año 2023, primer gran final de Urantia World, el MMORPG más famoso del mundo, solo los mejor posicionados en la clasificación mundial están aquí, el equipo de tres integrantes que representan a Japón, Kenjipk, Mitsuno22 y Ryzee, el equipo de tres integrantes que representan a México, Leliette, Zilentkill y Holybinds.

En el torneo mundial los países clasificados participan en combates de 3vs3 al mejor de cinco, existen muchas estrategias, clases, estilos de pelea, pero todos buscan el mismo objetivo, los equipos finalistas exhibieron en eliminatorias estilos de pelea similares, dos pjs DPS y un healer, lo único que no está claro es quién se llevará a casa la copa del mundo.

En una pequeña casa de apenas dos recamaras, a oscuras y con restos de comida en el escritorio descuidado, Leliette mostraba una mirada aguda y expresiva, adornada con ojeras y un cansancio disimulado solo para el mismo, era un joven de 25 años, trabajaba solamente dos días a la semana para poder mantenerse a raya pero al mismo tiempo tener suficiente tiempo para seguir posicionado en lo más alto del ranking mundial.

Regularmente los MMORPG eran dominados por jugadores asiáticos, en su mayoría chinos, coreanos y japoneses, pero en esta ocasión por primera vez un equipo representante de América haría historia, o al menos eso es lo que Leliette quería...

"El equipo de Japón se mira muy fuerte, y solo yo soy superior en MMR a uno de sus integrantes, sin mencionar que es el menor clasificado de los tres"
Leliette estaba muy preocupado, un país entero tenía sus esperanzas y fe puestas sobre sus hombros, ni se diga solo un país, el continente entero esperaba su victoria en el campeonato mundial, él al menos tenía la suerte de que por cuestiones sanitarias del gobierno se habían clausurado las competiciones presenciales, sería todo de manera virtual, esto al menos le quitaba un peso de encima.

Leliette, de clase guerrero, clasificado número 1 en el ranking local y número 5 en el ranking mundial, capitán de su equipo, estaba en contacto con El pícaro Zilentkill y su sanador, Holybinds, el cual era el mejor sacerdote conocido en el país, se hizo una fama tremenda cuando logró sanar a una banda entera de personas en una mazmorra de dificultad heroica en la cual se necesitaban al menos dos sanadores, pero si sólo fuera por eso, no tendría tal fama, en esa misma ocasión, lograron acabar con una raid de la facción contraria entera que disponía de tres sanadores y Holybinds logro curar solo, a todo su equipo haciéndolos vivir y al mismo tiempo matar a los enemigos.

Con respecto a Zilentkill, era el amigo más cercano de Leliette, siempre lucharon juntos y su habilidad para matar a cualquiera en cuestión de segundos era indiscutible, no solo fue su amigo, también el único que podría rivalizar con él en el ranking local, era sombrío y poco afable, pero leal y honorable en todo momento.

En la recámara oscura, donde solo la luz del monitor era notable, Leliette seguía compartiendo análisis y estrategias para el enfrentamiento, Zilentkill y Holybinds exponían sus opiniones, aunque Leliette tenía la última palabra.

''Denme un momento, estoy recibiendo una llamada, vuelvo en un minuto'' Leliette respondió la llamada que ya tenía un par de segundos molestando su celular, el cual olvidó poner en modo avión.

-Llamada entrante, número desconocido-

"Que raro, ¿quien podría ser?"

a pesar de que Leliette no solía responder llamadas de números desconocidos, algo en su interior lo obligó a contestar.

¿Diga? ¿Con quien quiere hablar?

Los segundos pasaron pero no hubo respuesta, y justo cuando estaba a punto de colgar, una voz respondió.

Leliette... ¿debería decirte así o prefieres Lenley?

-¿Quien eres?, Leliette no reconoció la voz y respondió con un tono que no era hostil pero tampoco amable.
-Hola, esta es solo una llamada milagrosa de ese al que ustedes los humanos llaman; Dios... prepárate, porque has sido elegido para participar, Leylin, se que te gustará ser el protagonista de mi nueva historia. Espero verte pronto.


Bip... bip... bip...

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