Urantia World

Urantia World - Capítulo 3

''Lo que sea, es solo un mal sueño..'' 

Los segundos pasaron y nada cambiaba, los bandidos lo miraban con expresiones burlonas, ''si nos das todo tu dinero y esa espada quizá podamos permitirle sufrir una muerte rápida y sin dolor joven maestro Leliette Farlier''. Era como si lo hubieran trasladado a un mundo alterno donde él existía pero de una manera totalmente distinta a la vida real.

''¿quien diablos soy? ¿Que debo hacer?..."

Esas preguntas no salían de su cabeza. Poco a poco se convencía de que esto no era un sueño, y que quizá aquella llamada telefónica era real, ¿y si él está realmente en otro mundo? A pesar de que no tenía sentido ni lógica, Leliette seguía pensando en ello más y más.

Bastardos engreídos, se sienten superiores solo por sus números, no sé qué sucedió antes de esto ni tampoco porque estoy aquí, pero hay algo que si tengo claro, no les daré absolutamente nada y no reclamarán mi vida tan fácilmente, soy Leliette, clasificado número 5 en la clasificación mundial. Vengan por mi si no valoran su vida.

Leliette era orgulloso debido a su fuerza y reputación en Nogdrassil, pero no era ningún imbécil y sabía que esto no era ningún juego, él dijo eso y después se echó a correr, hasta que no comprendiera bien su situación el no probaría suerte con sus habilidades de combate en una situación peligrosa.Por suerte ninguno de los bandidos era un arquero, a orillas del sinuoso camino de piedra había un carruaje tirado por dos caballos, no tenían jinetes, Leliette entendió que fue emboscado y sus guardaespaldas, tuvieron un mal destino, él no sabía montar a caballo y no intentaría algo así en esta situación, corrió y corrió por las veredas bajo el sofocante sol perseguido por los bandidos que le gritaban cada vez más cerca.

Leliette no sabía si continuar o quizá luchar, ¿era esta realmente una prueba que él podía superar? En su mente existía la posibilidad de que su talento con la espada en Urantia World haya sido transmitido a su cuerpo físico actual, muy internamente él sentía tener esa capacidad de combate pero no quería arriesgar su vida sin estar seguro. 

 "¿Qué demonios hago? esos bandidos cada vez están más cerca..."