A Orillas de tu Instinto (Versión 2013) [SM AU/SEIUSA]

extra. los mejores sentimientos

Fandom: Sailor Moon.

Rating: M/Adult. Lemon.

Resumen: Taiki odiaba los estereotipos.

Parejas: Mujer!Kou Taiki (Sailor Star Maker)/Humano!Artemis. Hay implicaciones de Kou Taiki/Otros y menciones de una pasada relación entre Artemis/Luna.

ADVERTENCIAS: Lo he dicho antes, lo vuelvo a decir ahora:

i. Pareja bien crack.

ii. NO SE SABE ABSOLUTAMENTE NADA SOBRE LA VIDA PASADA DE TAIKI, YATEN Y SEIYA EN EL CANON, COMO PARA LUEGO UN LECTOR SENTIRSE OFENDIDO SI UN AUTOR SE TOMA LA LIBERTAD DE LLENAR LOS ESPACIOS EN BLANCO (lo pongo en mayúsculas para que lo lean, no por ser una abusiva, sé que algunos se van directo al fic xD).

iii. Si no eres fan de los Personajes Originales o si no te gusta que te cambien el paradigma que ya tienes en tu cabeza sobre los orígenes de las Sailor Starlights, no creo que este fic sea para ti. Si todavía con esta advertencia, prosigues, eres más que bienvenida (o), y de ante-mano te agradezco la oportunidad.

iv. Se toca el pasado de Taiki. Dentro de este pasado, hay elementos que pueden causar incomodidad, como:

A. Plática de experimentación humana sin consentimiento.

B. Insinuaciones de lavado de cerebro.

C. Los padres de Taiki no fueron gente agradable. Ni los padres de Kakyuu.

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00.

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"Pero, ¿que es el amor,

sin los mejores sentimientos?"

-Kylie Minogue (The Abby Road Sessions).

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Taiki odiaba los estereotipos.

En especial, cuando intentaban encasillarla dentro de ellos.

No era como si lo hubiese planeado, después de todo.

No era como si hubiera despertado un día, decidida a encontrar una pareja definitiva. A diferencia de las malas lenguas, Taiki no había estado hirviendo en un caldo de celos ante la suerte romántica de Seiya y de Kakyuu-hime. No había estado desesperada u solitaria. No había estado buscando por nada.

Por nadie.

Todo lo que había hecho, aquella mañana de otoño, había sido acudir a una biblioteca terrestre.

Y encontrarse con un par de ojos añiles, muy conocidos, al llegar al mostrador.

"¡Señorita Taiki! ¡Konnichiwa!" Había salido, exuberantemente, de la boca de Artemis. Acto seguido, sus mechones de cabello, tan pulcros como había sido su pelaje gatuno, se habían esponjado hasta las puntas, al ser víctima de una oleada de "¡Sssssh!" Tanto su jefa como lectores cerca del área se habían mostrado ofendidos por el sonido dentro del santuario silencioso.

Fulgor carmín había cubierto las mejillas pálidas del muchacho, y había murmurado un centenar de disculpas.

Taiki había sonreído, de repente, todas las tensiones de su puesto en la Embajada Real, reduciendo en importancia.