VIDA DE HÉROE [Adult Izuku x Adult Reader] (CANCELADA)

Capítulo 5.1. Vulnerabilidad

Un bostezo salió de mi boca involuntariamente, mientras caminaba por una dormida ciudad. Resultaba que Kirishima tenía patrullaje con un novato hoy, así que tuve que sustituirlo por su baja temporal.

Kirishima... Él aún no despertaba, cosa que provocaba en mí un tipo de sentimiento que ni siquiera podía reconocer. Un nudo se formaba en mi garganta siempre que pensaba en el pelirrojo, y en su sonrisa. Claro que sabía que él no iba a morir, puesto que el ataque no dañó ningún órgano vital, pero justamente allí es cuando llegaba la confusión. Mis manos temblaban, y en mi pecho, una ardiente bola de fuego opacaba la zona, casi como si de verdad sintiera que había fuego destrozando mis pulmones.

- Fujitora-san – Llamó el novato a mi lado – C-Creo que t-te has confundido d-de camino – Dijo con un temblor reconocible en su voz. Mi mirada abandonó el horizonte, y viajó a los ojos marrones de ese chico. Fruncí el ceño sin dar respuesta y volví a inspeccionar la zona con sumo detalle. Le arrebaté el pequeño mapa de la ciudad, y me di cuenta de que lo llevaba al revés. Sin pronunciar una palabra, le devolví el mapa corrigiendo su posición y seguí mi paso.

Después de unas 2 horas más, finalmente terminé mi turno. Cuando mi mirada se puso en el novato, noté su cansancio por las ojeras que se dejaban ver bajo su vista afligida. Una vez entramos por las enormes puertas de la agencia, la secretaria saludó amablemente en nuestra dirección.

- Hola, Sofía – Saludé sin siquiera molestarme en todo lo que me había enseñado el pelirrojo. A estas horas de la madrugada, ni siquiera la secretaria debía estar de humor para formalidades – Llama a un taxi para él, y pon los gastos a mi cargo – Ordené de forma profesional. Sofía asintió inmediatamente, y por mi parte, solo me quedó dar media vuelta para caminar a la salida.

- Fujitora-san – Me detuvo el novato – Gr-Gracias por su guía y enseñamiento hoy – Agradeció haciendo una reverencia – Le admiro – Confesó volviendo a hacer otra reverencia.

Las pulsaciones en mi mente opacaron el sentimiento de empatía, y tras murmurar una casta despedida, salí de la agencia para ir a casa. La simple imagen de Izuku cruzando por mi mente hizo que mi paso acelerara más de lo normal. No lograba reconocer eso que ocurría con el peliverde, pero simplemente quería que hablara conmigo como siempre lo hacía, mientras sus ojos se iluminaban y sus manos se movían eufóricamente con cada cosa que explicaba. Cuando llegaba cansado, y aun así me miraba con una suave sonrisa, parte de mí temblaba ligeramente; cuando su mano viajaba por mi cintura, y susurraba esas dos hermosas palabras, mi estómago revoloteaba como si tratara de librarse del cosquilleo que nacía sin previo aviso.

Mi mano se metió en el bolsillo de forma casi automática, y miré mi teléfono.

"17 llamadas perdidas de Izuku"

"32 mensajes"

Mi ceño se frunció al ver la urgencia del peliverde, y finalmente entré en razón. Él habría visto las noticias de esa noche, y seguramente trató de ponerse en contacto conmigo. No sabía si llamarlo a estas horas, o simplemente esperar a llegar a casa.

Opté por la segunda opción, y pronto, lo que iba a ser un camino tranquilo, se trasformó en un destello de recuerdos del ataque de Kirishima. La forma en que me miraba medio desmayado, con una mano en su herida, parecía haber quedado plasmada en mi mente; las palabras de Bakugou, y su poco tacto se filtraban por mi cuerpo como dagas bien afiladas. Mis puños se cerraron tan fuertemente, que incluso sentí la circulación entrecortarse en mis nudillos; el frío sudor se hacía camino por mi frente, y los latidos de mi corazón no mejoraban mi angustia. Sabía que me estaba sintiendo como una mierda por no haber evitado el ataque del pelirrojo, y aun así no entendía cómo la frustración terminaba filtrándose a mi cuerpo, causando estragos físicos, que me dejaban más hostigada que durante una batalla contra el peor de los villanos.