Ambos entraron a la casa, Candy fue la primera en hablar.
—Bueno supongo que usted va descansar yo tengo mucho por hacer aún, debo alistar y acabar de poner cosas en las habitaciones.
—Dejame ayudarte.
—¿Cómo dice?
—En qué quedamos
—Oh si disculpa no eres un viejito, —rio la rubia—. ¿Cómo dices? tú ayudarme.
—Vamos, esto será divertido, acabaremos más pronto entre los dos y después tendremos nuestra recompensa.
—¡¿Qué…?! Preguntó Candy imaginando cosas que se estaba negando a sentir desde la noche anterior.
—Si, yo te ayudo, y qué te parece si ordenamos una pizza y vemos una película con palomitas hace cuánto no lo haces, será divertido un tiempo para ti.
—Mmm... suena tentadora la oferta mmm… déjame pensarlo —le dijo poniendo un dedo en sus labios.
Terry inmediatamente pensó cómo sería besar esos labios tan rosados y mordisquear de ellos «contrólate...»
—Pero tú eres mi huésped no es correcto, has venido a descansar.
—Si supieras lo estresante de mi trabajo, esto será una distracción y también tiene mucho que no como pizza, ¡anda vamos!
—Está bien —dijo Candy, extendiendo su mano en señal de trato.
Ambos abrieron las cajas restantes acomodaron toallas y canastas en los baños con todo lo necesario para los huéspedes, ambos subían y bajaban las escaleras se miraban a los ojos y reían cómplices, acabaron de acomodar toda la loza del comedor y despedazaron cajas divertidos para ponerlo todo en el basurero de reciclaje.
—Creo que lo logramos al fin terminamos —dijo Candy dando un suspiro y dejándose caer en el sillón de la sala.
—Bueno pues entonces es hora de nuestra recompensa.
Ambos cenaron pizza jugando, quien daba la mordida más grande oh terminaba más rápido la rebanada, después eligieron la película verían.
—Que tal Vaselina —sugirió Candy—. es un clásico.
—No mejor algo de Netflix —le decía Terry.
Al final los dos decidieron ver la misma película pero Candy sin pensarlo se quedó dormida y se recargó en su hombro. Era tan cálida esa sensación de cercanía de Candy, permaneció así por un rato sin moverse, hasta que decidió hablarle:
—Candy, es mejor que vayas a descansar yo recogeré todo, anda pecosa.
—¡Ah...! —gruño Candy entre sueños. Él se retiró y la dejó en el sillón cubriendola con una pequeña cobija. Pensó que tal vez despertaría en lo que limpiaba lo de la cena, pero no fue así. Decidió levantarla entre sus brazos pegándole a su pecho, decidió llevarla a su habitación, y sin pensarlo beso su frente en un tierno beso, ella sintió esa cálida sensación de sus labios, cuando era la última vez que ella se había sentido así, no lo sabía, esto era totalmente diferente a lo que había vivido con Michael, ella simplemente se aferró a sus hombros y pecho, él entró a la habitación y cuando la iba depositar en su cama ella lo beso y él sin pensarlo respondió a su beso. En los cinco años de relación con Mike, nunca lo había hecho así, con esa pasión.
Le rodeo el cuello con los brazos para estrecharlo aún más. Ambos sintieron la fuerza del deseo y se miraron a los ojos con la tenue luz de la habitación, se podían decir tanto con sus miradas, él la tomó por el derrier la sujeto de una de sus piernas para ponerla a horcajadas pegándose contra la pared sosteniendola, Terry gimió de deseo y pronunció su nombre contra sus labios, algo le decía que debía detenerse, que primero le debía contar quién era pero en esos momentos Candy lo beso aún con más fuerza. La pegó contra la fría pared, pero el frío no aplacó el fuego que crecía dentro de ella. Con cada caricia de su lengua, con cada caricia de sus manos, se avivan las llamas que ella había creído estaban apagadas para siempre después de su ruptura con Mike.
ESTÁS LEYENDO
A TWIST OF FATE
FanfictionCandy y Terry no se imaginan que una tragedia que afectará la vida de ambos los unirá. En medio del dolor un pequeño bebé hará que sus vidas coincidan sin esperarlo, haciendo que su vida y sus caminos tengan un giro del destino. Historia escrita pa...