TWELVE

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"si no te apreciara tanto
te daría un beso que te haría temblar
como yo te aprecio mucho
te lo voy a dar igual"

la próxima semana fue todo un caos.

hendery tenía que salir del cuarto de taeil cada vez que johnny iba porque terminaban en pelear y sexo del cual él definitivamente no quería enterarse.

él se la pasaba yendo constantemente a casa de yangyang, tirar un poco, comer y regresar. su rutina aquella semana no fue más que eso y varias veces en la escuela llegó a encontrarse con lucas, recibiendo malas miradas y amenazas.

pero al final de cuentas no se quejaba mucho, pues pasar tiempo con yangyang era algo... ¿mágico?

era como un sueño echo realidad. algo que deseaba desde hace mucho tiempo que de repte te se volvía realidad.

se había estado instalando en la sala de invitados de la familia moon. así que literalmente ya estaba en una casa nueva, con aires nuevos y gente que jamás lo abandonaría.

volvía a ser sábado y con ella iría ver a su mamá de nuevo a prisión.

en cuanto la señora estuvo en frente suyo hendery pudo ver en su cara que algo malo estaba pasando —tengo que decirte algo que es muy serio, dery.

—¿que sucede?

la señora suspiró —tengo sida... y me quedan dos meses de vida.

el mundo de hendery se vino abajo en ese mismo momento.

sabía que algo iba a arruinarle el día, la semana, el mes, ¡el puto año! pero jamás pensó que una noticia así lo haría.

se alejó de la mesa y miró a su mamá sin saber que decir —¿c-como...? ¿d-desde cuando lo sabes?

—hace dos días, pero esperaba decírtelo en persona —hendery cerró los ojos y comenzó a llorar. comenzaba a perder lo único que tenía—. yo sé que ya no vives con tus hermanas pero... quiero que les digas. no quiero que peleen, ustedes podrían arreglar sus diferencias. háganlo por mi.

—mamá tú sabes que cecilia jamás accedería.

—inténtalo, hendery —tomó las manos de su hijo con delicadeza—. no quiero morir sabiendo que mis hijos se odian a muerte.

***

yangyang bajó rápidamente hasta la puerta de la casa cuando escuchó que llamaban al timbre.

abrió la puerta, se abalanzó al cuello de hendery y atacó su boca con incesantes besos —llegaste temprano.

—vine en carro —hendery lo separó y entró a la casa.

—¿cómo está tu mamá? —yangyang cerró la puerta y guió a ambos a la sala, donde tomaron asiento en los grandes sillones.

—mal —declaró hendery—. tiene sida.

yangyang no dijo nada. hendery tampoco.

—oh... —yangyang miró sus manos— lo siento. yo no me imaginaba algo así...

—solo tiene dos meses de vida. hablé con la abogada y dicen que su última semana la puede pasar fuera de prisión ya que tiene ese derecho.

𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora