✧CAPÍTULO XXV✧

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Los días eran tortuosos, las noches lo eran un poco más. Nari tenía pesadilla tras pesadilla, creyendo que Ian estaba suelto e iba a tras ella para hacerle daño nuevamente. Yoongi dormía con ella, se lo pidió la menor después de que sintiera como si la estuvieran observando, pero no era nada más que el miedo presente en ella, el miedo de volver a ser lastimada tanto física como psicológicamente.

Tres semanas habían pasado, Ian fue extraditado a la cárcel estadounidense y pago su delito. Avisaron a Yoongi acerca de un suceso ocurrido dentro de la cárcel antes de que le pusieran la inyección letal, no sabía cómo se cobraban todo allí los presos, pero le sorprendió al escuchar lo que el fiscal tenía para decirle.

RM: Es impresionante lo que nos contaste.

Jimin: Creo que le devolvieron lo que le hizo a la niña.

Jungkook: Se lo merecía.

Jin: Ahora sabemos cómo se las gastan los presos con los hombres que violan a las mujeres.

Suga: Tuvo un final trágico, pero tenía que pagar.

JHope: ¿Le dirás a Nari?

Suga: No, prefiero que así se quede entre nosotros, mi hermana aún no está recuperada y no quiero que se altere.

Taehyung: ¿Ya quiso ver a Soobin?

Suga negó.

Taehyung: Sigue con la misma idea entonces.

Jin: Es normal que reaccione así, sobre todo porque piensa que arruino la primera relación que ha tenido.

Suga: Cree que Soobin ya no la ama y que va a asquearse al verla.

JHope: Tomará tiempo también, para que se dé cuenta que se equivoca.

RM: Será un largo camino, pero saldrá de nuevo, ya verán.

Las siguientes horas las pasaron en la sala de prácticas, se venían fechas cargadas de trabajo y casi no había mucho tiempo para que vieran a la chica quien solo se la pasaba encerrada en el departamento, sin muchas ganas de hacer algo como ver la televisión o estar con el celular. Casi siempre recibía llamadas de Soobin, mismas que ignoraba y lloraba al ver su número reflejado en la pantalla.

Se veía a sí misma como una mujer impura, como una mujer que si un hombre la ve, se va a asquear. Insuficiente era la palabra con la que se conectaba. Pensaba que ningún hombre la querría, que ya había perdido la esencia que tanto buscan en una mujer virgen. Creía que ya no tenía nada que ofrecer. Solo a veces se ponía a pensar que había hecho en su vida pasada para que viviese ahora este tormento infernal.

Miraba su cuerpo el cual se había desarrollado más desde que llego, tapo la parte de arriba aun cuando ya tenía una sudadera de Suga puesta. Se sentía expuesta.

¿Cómo es posible que existan hombres en el mundo que se atrevan a tocar de manera indebida a las mujeres sin que ellas quieran? ¿Qué ganaban con eso? ¿sentirse más hombres? Lo único que logran es crearles traumas, se ganan la aberración de la sociedad y la cárcel, en muchos de los casos encuentran la muerte misma dentro de aquellas rejas. Nari no lo entendía, quería respuestas, ¿acaso debía sentirse mal por ser mujer?

Nari: Perdóname Soobin, perdóname.

Dijo tirándose a llorar frente al espejo, abrazando sus piernas y recargando su cabeza en el hueco de las mismas. Lloro sin saber el tiempo. Lloro hasta que el timbre del penthouse sonó y ella dudo en abrir durante unos minutos. Timbre el cual no dejo de sonar, escucho unas llaves y después la cerradura quitarse para que aquella persona entrara, salió corriendo del baño para cerrar la puerta de su habitación con seguro para que aquella persona no entrara.

Nari: ¿Quién es?

Se atrevió a preguntar esperando respuesta.

Soobin: Cariño soy yo, Soobin, ¿me dejas entrar?

Nari: ¡No! ¡Ya te dije que no quiero verte!

Camino hasta su cama para echarse y cubrirse hasta arriba dejando solo su cabeza destapada.

Soobin: Sé que es difícil por lo que estás pasando, pero necesito que sepas que no me iré de tu lado, ¿entiendes? La misma cantidad de veces en las que tú me corras, serán las mismas veces en las que yo me pare frente a tu puerta a esperar a por ti.

Nari: Vas a perder tu tiempo.

Soobin: No, porque yo sé que un día me vas a abrir y vas a permitirme sobrepasar este trance contigo.

Se quedó callada, escucho como dejaban algo en la mesa y como él se quedaba sentado en el piso recargado a la puerta, lo noto por la sombra reflejada por la luz.

Soobin: De aquí no me moveré hasta que no me abras.

Nari: Pero hace frío ya.

Soobin: Entonces ábreme.

Nari: ¡No!

Soobin: Perfecto entonces aquí me quedo, aunque haga un frío del diablo.

Sabía cómo era el chico, sabía que lo decía enserio, pero "poco" le importo, apago las luces de su habitación y se acostó, no sin antes enviar un mensaje de buenas noches a su hermano.

Si Soobin era capaz de quedarse allí, ella era capaz de dormirse sin levantarse a abrirle la puerta.

ᴍʏ ꜰɪʀꜱᴛ ʟᴏᴠᴇ | ᴄ. ꜱᴏᴏʙɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora