Inherencia.

57 9 4
                                    

Tu recuerdo disecado en una noche de tormenta alimenta mi alma y hace sobrevivir mi sentido.
Caminos opuestos en ese mar de almas decidimos tomar;
Aquella fría madrugada cuando te presentaste a mi y tu vida en mis heladas manos tendías.
El oscuro abismo decidiste recorrer, dejándome atrás en un altar de sillerías.
Tu mirada se clavaba dolorosa en mi mente, evaporando mis pensamientos y desvaneciendo mi consciencia.
Por un bien mayor, me dijiste. Tu expresión desolada exclamaba que el dolor se apoderaba de tu corazón.
Un ser de luz, así me denominan; Mas mis sangrientamente orbes esconden una oscuridad que mi alma partía.
Alma rota,
Angel desterrado.
Un ser que no se deja ser amado.
Eras mi musa, mi estrella, mi guía.
El seguir las reglas de mi vida, te destruía.

Mas de cien lunas han pasado.
Desde que de mis manos huyo tu vida.

Aquello en lo que mas temía terminó convirtiéndose en parte de mi fisionomía, aquello acabo siendo lo que mas me definía.
Aquel que uso la luz como mascara podrida.

Las frías noches calman mi dolor, una sensación entumecida.
El viento se lleva mis penas y mi delirio poseído.

Loca monotonía, loca esperanza que mantiene mi corazón latiendo.
Mi memoria aun aclama tus caricias, a pesar de la desolación escocida  aun creo en nuestro doloroso reencuentro.

Oh! Bendita sea esta inherente esperanza mía!
Pues es lo único que aun me mantiene con vida.

Susurros de un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora