Punto de ignición de un futuro mejor.

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Endeavor parpadeó repentinamente mientras miraba las agujetas de las botas de su traje de héroe. Sus manos se habían congelado en el firme nudo. Todo su cuerpo temblando mínimamente en el lugar, sin entender nada.

"Todoroki-san, ¿Estás bien?"

El hombre reaccionó rápidamente, sobresaltándose ante esa voz, y asustando a la persona que la provocó e intentó tocar su hombro con preocupación. La reconocería toda la vida si así fuera...

La mujer a la que le hizo una vida tormentosa... La mujer que le perdonó todos sus defectos...

Rei Himura... De Todoroki.

Él volteó, pudiendo ver a una jóven de cabello blanco que sostenía un bebé de mismo cabello, sorprendida por como una lágrima caía del rostro del hombre.

"Rei..." Murmuró él anonadado, fue entonces que se levantó y sin meditar palabra, sorprendiéndola, la abrazó, con cuidado de lastimar al bebé de sus brazos.

"T-Todoroki... ¿Te encuentras bien? ¿Qué sucede?"

Ella solo notó como él seguía aferrada a a ella, mientras lo oía sollozar en silencio. Se sentía incómodo, extraño. Ella quería respuestas a miles de preguntas que ni sabía cómo preguntar.

"Dada..." Fue el ruido del bebé que capturó la atención del hombre, sorprendiéndolo al ver que este bebé no era nadie más que Fuyumi, su primer hija, y su primer fracaso como padre.

"Fuyumi..." Murmuró nuevamente él, prácticamente incrédulo, ofreciendo su dedo índice para que las pequeñas manitas de la niña lo sostuvieran. Ella parpadeó ante ese extraño afecto de su parte.

"T-Todoroki-san..." Intentó la mujer nuevamente para dialogar sobre sus dudas, notando como la mirada aún extrañamente confusa de él fue hacia ella y terminó bajándola de reojo por un segundo, con algo de pena.

"Enji... Llámame Enji, Rei... Yo... Necesito irme un rato..." Divagó él aparentemente confuso mientras se retiraba de la casa sin más, retornado a su habitual rostro serio. Ella se sentía realmente incómoda en toda esta situación.

"P-Pero, ¿No ibas a patrullar? Te estabas yendo por eso." Volvió a hablar ella, confusa por el repentino suceso y como él se sentía tan confundido.

Él se detuvo en la puerta tras abrirla, pensando seriamente en lo que sea que estaba ocurriendo.

"Volveré en una hora. No más... Espérame, por favor."

Y así, el jóven hombre desapareció de la casa, dejándola totalmente confundida mientras su hija reía y aplaudía. El llanto de otro niño la despertó de sus pensamientos y se dirigió hacia otra habitación tras un suspiro.

...

"Bien, esto no es un sueño..."

Endeavor suspiró mientras miraba las noticias reportadas por las pantallas de la gran ciudad. Las noticias anunciaban sobre él, el primer jóven de 20 años en todo Japón, y como logró alcanzar el segundo puesto como mejor héroe nacional en el ranking.

Ese día fue cuando él encontró a Rei y la "compró".

Por alguna razón, el jóven Endeavour se sentía realmente agotado. Estaba visiblemente cansado y no se sentía acorde a nada. Parecía perdido y totalmente ajeno a como muchos ciudadanos lo veían asombrados y aclamaban ante él.

Por su mente, los gritos de ánimo, asombro y devoción se tornaron en la cruel risa de Dabi, o en la de Shigaraki cuando desintegró su cuerpo y lo mató...

Ese horror de haber vivido lleno de lamentos y culpa... Ahora, estando en este momento, repitiendo todo por alguna razón, lo hacía sentir realmente fatigado.

All Might no estaba. Al menos no como tal. Estados Unidos era su tierra de gloria ahora mismo y hasta que regresara para poner manos en la obra sobre el caos, Japón seguiría sumida en caos como siempre...

Fue entonces que sus ojos se abrieron con realización levemente mientras el flash de un sinfín de recuerdos aparecieron.

¡All For One estaba dominando la ciudad!

El horror de que aquel hombre existiera como rey del sub mundo de los villanos. ¡Y no solo eso, sino que también estaba ganando desde el vamos!

Sabía perfectamente la cantidad de cosas que ocurririan en varios años... El fundamental es la de la herida de All Might. Herida que le mostró cuando le exigió respuestas sobre por qué era un esqueleto en aquel entonces.

Su fatiga no desapareció, pero sabía perfectamente que la enorme responsabilidad que caía en sus hombros no era un juego. ¡Su familia! ¡Touya! ¡El futuro de todos!

Un escalofrío lo dominó con horror, recordando claramente lo que venía de ese futuro.

Un robo. Repentinamente, una mujer gritó violentamente mientras un sujeto corría con su bolso. Chasqueó los dientes con enojo al saber que significaba, pero suspiró al reconocer que podía ignorar sus pensamientos gracias a esto.

Por ahora, tenía una hora para detener a más de 100 criminales a la redonda para renovar su jóven cuerpo mientras intentaba pensar en que decir al volver a su casa.

Por ahora, mientras All Might no estuviera, él debería ser el que retrase a AFO de todo lo que se avecina.

Llamas de Fénix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora